Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

AUTÉNTICOS TAL VEZ - ALBERGUE -
¡ Feliz Cumpleaños monicamily !
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 TÍTULO PRIMERO 
 
 
  Herramientas
 
Albergue TV-: el derecho a delirioFecha: 20.02.2009 - Autor: selene
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: pactemos  (Mensaje original) Enviado: 12/06/2009 23:21

Tema
20.24    

El derecho al delirio

10-01-2009 /  “Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos”, escribió el autor para conjurar guerras al inicio de este milenio. su manifiesto merece ser leído hoy, apenas nueve años después, a la luz de los hechos. El atentado a las torres gemelas, el delirio patriótico de Bush y su invasión a Afganistán fueron los verdaderos pilares que inauguraron el siglo XXI. el Engaño sobre las supuestas armas químicas hizo que la prensa, además, terminara de matar la verdad de estos conflictos. la escalada israelí en gaza impone que el derecho al delirio se contagie por todo el planeta.
Eduardo Galeano
Eduardo Galeano
Ya está naciendo el nuevo milenio. No da para tomarse el asunto demasiado en serio: al fin y al cabo, el año 2001 de los cristianos es el año 1379 de los musulmanes, el 5114 de los mayas y el 5762 de los judíos. El nuevo milenio nace un primero de enero por obra y gracia de un capricho de los senadores del imperio romano, que un buen día decidieron romper la tradición que mandaba celebrar el año nuevo en el comienzo de la primavera. Y la cuenta de los años de la era cristiana proviene de otro capricho: un buen día, el papa de Roma decidió poner fecha al nacimiento de Jesús, aunque nadie sabe cuándo nació.

El tiempo se burla de los límites que le inventamos para creernos el cuento de que él nos obedece; pero el mundo entero celebra y teme esta frontera.
Una invitación al vuelo. Milenio va, milenio viene, la ocasión es propicia para que los oradores de inflamada verba peroren sobre el destino de la humanidad, y para que los voceros de la ira de Dios anuncien el fin del mundo y la reventazón general, mientras el tiempo continúa, calladito la boca, su caminata a lo largo de la eternidad y del misterio.

La verdad sea dicha, no hay quién resista: en una fecha así, por arbitraria que sea, cualquiera siente la tentación de preguntarse cómo será el tiempo que será. Y vaya uno a saber cómo será. Tenemos una única certeza: en el siglo veintiuno, si todavía estamos aquí, todos nosotros seremos gente del siglo pasado y, peor todavía, seremos gente del pasado milenio.

Aunque no podemos adivinar el tiempo que será, sí que tenemos, al menos, el derecho de imaginar el que queremos que sea. En 1948 y en 1976, las Naciones Unidas proclamaron extensas listas de derechos humanos; pero la inmensa mayoría de la humanidad no tiene más que el derecho de ver, oír y callar.
 
 ¿Qué tal si empezamos a ejercer el jamás proclamado derecho de soñar?
 ¿Qué tal si deliramos, por un ratito? Vamos a clavar los ojos más allá de la infamia, para adivinar otro mundo posible
 
 el aire estará limpio de todo veneno
 que no venga de los miedos humanos y de las humanas pasiones;
 en las calles, los automóviles serán aplastados por los perros;
 
; la gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar;
 se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez, que cometen quienes viven por tener o por ganar, en vez de vivir por vivir nomás, como canta el pájaro sin saber que canta y como juega el niño sin saber que juega;
en ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a cumplir el servicio militar, sino los que quieran cumplirlo;
 los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas
; los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas;
 los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos;
 los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas;
 la solemnidad se dejará de creer que es una virtud, y nadie tomará en serio a nadie que no sea capaz de tomarse el pelo;
 la muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes, y ni por defunción ni por fortuna se convertirá el canalla en virtuoso caballero;
 nadie será considerado héroe ni tonto por hacer lo que cree justo en lugar de hacer lo que más le conviene;
el mundo ya no estará en guerra contra los pobres, sino contra la pobreza,
 y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra;
la comida no será una mercancía, ni la comunicación un negocio,
 porque la comida y la comunicación son derechos humanos;
nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión;
 los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle
; los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos;
 la educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla;
la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla;
 la justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda;
 una mujer, negra, será presidenta de Brasil y otra mujer, negra, será presidenta de los Estados Unidos de América;
 una mujer india gobernará Guatemala y otra, Perú;
 en Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria;
 la Santa Madre Iglesia corregirá las erratas de las tablas de Moisés, y el sexto mandamiento ordenará festejar el cuerpo;
 la Iglesia también dictará otro mandamiento, que se le había olvidado a Dios: “Amarás a la naturaleza, de la que formas parte”;
 serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma;
 los desesperados serán esperados y los perdidos serán encontrados,
 porque ellos son los que se desesperaron de tanto esperar
 y los que se perdieron de tanto buscar;
 seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan voluntad de justicia
 y voluntad de belleza,
hayan nacido donde hayan nacido y hayan vivido cuando hayan vivido,
sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa o del tiempo;
la perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses;
pero en este mundo chambón y jodido,
 cada noche será vivida como si fuera la última y
cada día como si fuera el primero.
9

Eliminar
 
Respuestas
-
Fecha: 24.02.2009 - 23.44    Autor: talvez

 

 

Buen artículo de nuevo Selene. Me gustó, no lo había leído.  Irónico Galeano  y estoy con él.

Una cierta mirada de desencanto hacia lo que va siendo, pero una mirada de ánimo y de

confianza en que puede ser de otra forma.

Y todos esos objetivos, tan utópicos, no lo son más que porque aún no se han logrado, sin embargo

siempre insisto en que tenemos en nuestra mano no hacer quizá la gran lucha por los grandes

cambios, pero no quiero participar en la irresponsabilidad de no producir un pequeño cambio al que

sí tengo acceso, el de mí mismo, el de aquellos que tengo alrededor. La revolución debe empezar por

nosotros mismos, no asumir tantas normas autoimpuestas, por vagancia, por rutina, por dejarse llevar

por aquello que no nos gusta. Hablemos al menos, digámoslo, hagamos algo, algo por modificar algo

de lo que no sentimos que está bien. Tan grande es el riesgo?, tan alto nos parece el precio???.

 


Eliminar


Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados