Para que escribo tanto,
malgastando mi imaginación
si ya la tarde
muere en mi corazón,
para que quiero vivir
si el viento cuando bosteza
me lanza de cabeza
contra el muro de contención,
para que quiero vivir
si cada vez que te busco
me hundo en un abismo
de desolación,
ya no hay horizontes
para descubrir
con mis ojos,
hasta el reloj que cargo
en la muñeca izquierda
ha detenido su marcha,
ya no existe el tiempo para mí,
ni la bendita luz de tus ojos
que me hacian sonreír,
todo se ha perdido
en un solo instante,
hasta las semillas
de trigo y de girasol,
se han podrido,
ya no podré
ni a las flores admirar,
antes había una razón,
hoy me queda desolación,
un laberinto de dudas
de donde no puedo salir,
porque tenerte para mí
fue una bendición,
amarte aun más,
ya las tardes
se hacen inmensa
en esta época de primavera,
las nubes blancas
antes de caer el sol
se elevan al cielo,
y queda solo el silencio
un mudo y triste silencio.
El Caminante... |