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General: .-.-.NADA CON EXCESO.-.-.
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: Ximena777  (Mensaje original) Enviado: 24/06/2009 23:34

 

                                                                                                                                     NADA CON EXCESO


Comenzó a entrenar a los cuatro años de edad. A los diez, ya había ganado varios premios. Su pasión era la gimnasia de exhibición. Su sueño: ganar medallas de oro en los juegos olímpicos.

A los dieciséis años, en una de las competencias, estuvo a punto de sacar el puntaje perfecto. Todos le auguraban un brillante porvenir. Pero Christy Henrich, joven gimnasta escandinava, tenía un problema. Estaba obsesionada con la idea de que estaba engordando, aunque no era así.


A los diecinueve años ya no pudo competir más. Su obsesión la había dominado. Finalmente, a los veintidós, Christy Henrich falleció. Murió de anorexia nerviosa, pesando sólo veintinueve kilos. Su obsesión la había matado.

He aquí una joven que pudo haber tenido grandes éxitos. Perfeccionó su arte. Ganó muchas medallas. Alcanzó la perfección, casi a la altura de Olga Korbut, la atleta rusa, y Nadia Comaneci, la rumana. Pero le entró la obsesión de la gordura. Desoyó los consejos de médicos y familiares, y dejó de comer. Y su bello cuerpo se fue consumiendo hasta que le fallaron todos los órganos.

Las obsesiones, las fobias, las pasiones y las ansiedades pueden dominar todo nuestro ser a tal grado que nos hacen inútiles. Los afanes de la vida, cuando controlan la voluntad, se vuelven destructivos.

Tenemos que aprender a matizar nuestra existencia. «Nada con exceso» era la máxima de Epicteto, el estoico filósofo griego del siglo primero de nuestra era. Dios no nos hizo para las obsesiones, las pasiones, los frenesíes y los fanatismos. Nos hizo para la sobriedad, la mesura, el equilibrio, la armonía.

«No se inquieten por nada —escribió el apóstol Pablo—; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias» (Filipenses 4:6). Vivir libres de pasiones y obsesiones es la clave de la vida prudente, moderada y satisfecha. Esa es la vida que Dios quiso que su creación llevara.

Ahora bien, ¿cómo puede el ser humano despojarse de tantas fobias y obsesiones? Entregándole su vida a Cristo. La persona que no tiene a Cristo en el corazón será para siempre víctima de pasiones desorbitadas.

Es que sólo Jesucristo —Señor, Salvador y Maestro perfecto— puede darnos esa estabilidad, ese equilibrio y esa moderación ideal. Cuando Él entra a nuestro corazón, transforma nuestro modo de pensar, y todos nuestros móviles cambian. Sometámonos a su divina voluntad. Él quiere ser nuestro mejor amigo.

Hermano Pablo.

 

 

 

 
 
 
 



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: talvez Enviado: 25/06/2009 23:35
 
 
 
Hola Ximena
 
Es una historia tan tristemente repetida. Qué lástima cuánta gente valiosa
se nos está yendo por esos excesos, obsesiones, enfermedades que , quizá
como otra, siempre las hubo , incluso en igual proporción, tal vez sólo sea
que ahora se les da más publicidad.
 
El caso es que comparto por completo lo que dice el escrito, más, como
siempre tam´bién, me crea una pregunta
 

Ahora bien, ¿cómo puede el ser humano despojarse de tantas fobias y obsesiones? Entregándole su vida a Cristo.

 

Y cómo es que éso se hace???, cómo se entrega, diciéndolo?, queriéndolo?

de verdad cuando los resultados no son los deseados, los esperables, es

porque el sujeto no lo ha dicho lo suficiente, no lo ha querido lo suficiente..

cuánto es lo suficiente??

TalVez   

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No hay necesidad de apagar la luz del prójimo para que la nuestra brille” (BARUCH).

 

 

 

 

Seguramente es bueno hacer éso, querer y hacerlo, entregar la vida a Cristo, pero, no es algo cuyo resultado se observe, a veces ni uno mismo lo llega a observar, ni te cuento.. desde fuera!!

 

 

 

 



 
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