Volviendo con el tema, Don Aristo, pues lo bueno de este entretenimiento en leer escritos de lo más diversos, al menos para mí, es el poder buscar la mayor parte de su contenido y en la medida de lo posible ayudarnos a vernos y a ver y a notar qué parcelas podemos quizá esmerarnos en abonar.
Dice “aquellas personas que tienen menos confianza en si mismas tienen bastantes dificultades a la hora de admitir ideas o propuestas que no coincidan con sus prejuicios”
Bueno, por lo pronto parece lógico que a cualquier persona ( no hace falta que tengan faltade confianza en sí mismas) tengan maás facilidad para admitir ideas que coinciden con las propias.
Pero.. es que lo curioso es más bien lo contrario, es decir, que exista con tanta frecuencia y vehemencia un “rechazo” total ya no a admitir otras diferentes, sino incluso a escucharlas, a entenderlas. Y con especial rechazo si existe previo unos “prejuicios” contra el autor del discurso. Y además, así cita.., que no coincidan con sus “prejuicios”, es decir , juicios previos. Juicios previos que sin duda hacen , hacemos todos aquelllos que criticamos el hecho de juzgar.
Creo que ya debatimos en otra ocasión con Fidelidad, por cierto, que se quedó en el otro albergue.
Esas ideas como la de enjuiciar es malo, somos tan dogmáticos en ello que nos resulta imposible reconocer cuántas veces lo hacemos y más aún , emitimos condena, tras un juicio sin abogados.
También me resulta curioso el hecho de que se traten de personas con déficit de confianza en sí mismos. Pudiera parecer que serían más fáciles de “manejar” y en realidad así es, pero lo son dentro de su “grupo”, necesitan no salir de su grupo porque entonces no soportarían la tensión de la inseguridad . De manera que ni siquiera llegan, evitan “exponerse” a otras ideas, explicaciones, puntos de vista , que no sean los propios o adyacentes. O , en todo caso, podrían digamos “estar presentes”, pero sólo como dice el estudio, por dar una imagen que nos interesa transmitir, la ecuanimidad, pero tendríamos la escucha apagada.
También me hizo resaltar el que dice predispuestos a aceptar noticias que concuerdan con sus puntos de vista…. Es decir , no habla de si les es difícil o no cambiar de modo de pensar…, sino el tan solo hecho de aceptar noticias, es decir, hechos, hechos que no concuerden con los resultados esperables desde sus ideas o prejuicios , y así dice, reacios a escuchar , es lo que comentaba antes, ya no es que lleguen a modificar opiniones ( por más que se usen refranes como .. rectificar es de sabios..) sino tan siquiera a escuchar. Es decir. Se apaga el receptor de escucha.
Me resulta uffff casi temeroso, sólo un solo el 30% de ellos estuvieron de acuerdo en sopesar ideas que eran contrarias .. , y estamos hablando de universitarios, que no lo cito porque tengan que ser más listos ni más cultos, sino porque en principio se supone que a ese nivel les lleva una apertura de mente, una necesidad de saber, de conocer…, y ..ni siquiera llegan a aceptar “sopesar otras ideas”. Nada, cerrazón total.
Esa cerrazón me lleva a una conversación que mantuve anoche, pero… ese es otro capítulo.
Y tal vez se pregunten por qué me ocupo tanto de pensar sobre lo que leo, de traerlo a nuestra vida, a nuestra realidad, .. porque sólo tomando conciencia podemos saber qué hicimos mal para que el sueter lleve ese agujero y por coherencia. Me duelen los ojitos de tanto leer lo mucho que nos gusta y buscamos el “ CRECER”.
Me pregunto qué significará para cada quien eso del CRECER.
TalVez