Fecha: 09.12.2008 - 1.19 Autor: talvez
De: monicamily (Mensaje original) Enviado: 29/01/2008 1:35
Una interrogante que se plantea generalmente el ser humano es: ¿Hasta qué punto se es libre dentro de la vida? Muchos cuestionamientos propios y ajenos nutren con el tiempo de dudas nuestro existir. Sobretodo si hay inquietudes y búsqueda de algo más que cubrir las necesidades básicas de la vida.
Este texto tiene como objetivo dar pautas que nos orienten a ver que el destino depende en gran parte de nuestros actos. Hay Leyes en el Universo que no deben ser trasgredidas. Los que somos y seremos depende de nuestro accionar frente a esas leyes.
Aunque hay parámetros del destino que no se pueden cambiar, gran parte queda a disposición de nuestra toma de conciencia y de nuestra ocupación de crear una buena calidad de vida.
Tenemos la opción de dormirnos y dejar que nos lleve la corriente o tomar las riendas de nuestra vida y ser arquitectos de nuestro destino.
Destino y libre albedrío
Hay sucesos en nuestra vida que son parte de un destino. Sucesos escritos que no se podrían haber cambiado bajo nuestra voluntad.
Cabe preguntarse ¿Qué?, ¿Por qué y ¿Para qué? Cada historia particular puede parecer fortuita a los ojos de un observador pero si se lleva a un análisis metafísico, podríamos llegar entender como en la creación nada es casual y fortuito. Todo tiene un sentido; no porque no veamos o entendamos quiere decir que no exista. Análogo a un niño que no tiene conciencia de su aprendizaje hasta que madura.
Un destino, un lugar donde llegar, un sendero que transitar. Los astrólogos nos hablan que al nacer la conjugación de los astros nos determina que característica tendremos como persona y el tipo de vida que llegaremos a vivir.
Si la vida está escrita, determinada, ¿qué sentido tiene vivirla? ¿Seremos títeres en función de algo que maneja nuestras vidas? Algunas religiones nos presentan la idea de que existe un libre albedrío. Algo que supuestamente nos diferencia de otras especies es que decidimos qué hacemos y qué queremos en nuestra vida.
Es contradictorio pensar que tenemos un libre albedrío si existe un destino ya definido.
Libre albedrío es la libertad de obrar por nuestra propia reflexión y elección. Dicho en simples palabras es el uso de nuestra voluntad.
Destino, en cambio, es un encadenamiento de sucesos preconcebidos sujeto a una voluntad ajena a la nuestra. Es el Hado, esa fuerza desconocida que se cree obra sobre los hombres y los sucesos. También conocido como Voluntad Superior.
Por un lado tenemos nuestra propia voluntad y por otro una voluntad que está por sobre la nuestra y nos maneja la vida.
Cómo se explica entonces ¿Somos o no somos libres?
Siguiendo con la analogía del aprendizaje de un niño, notamos que en la educación y formación de éste aparecen autoridades que delimitan su campo de acción mientras va formando su propia identidad. Poco a poco va manejando su personalidad para interrelacionar en el medio y así poder valerse por sí mismo sin correr grandes peligros. Se le va dejando paso a paso tomar sus propias decisiones mientras los padres observan su aprendizaje. Así en nuestro aprendizaje este hado nos deja cierto campo de acción bajo nuestra voluntad para nuestro crecimiento como personas.
Razón de vivir
Una de las grandes razones por la cual los seres humanos se mantienen activos, y con vida es cuando tienen una razón y un sentido dentro de esta existencia. Aunque nuestra sociedad nos mantiene con una conciencia separatista y exacerba nuestra individualidad, lo que realmente hace dichoso a un ser humano es el tener una razón por la cual vivir, dar un servicio. Es así como en el camino de la vida cada individuo busca este sentido de vida, ya sea en sus estudios, oficio, la familia, agrupaciones, en fin todo lo que le permita servir. La vocación de todo ser humano es servir, si no servimos no vivimos.
¿Cómo encontramos entonces este objetivo de vida? Ya que no se nace con esta conciencia, se descubre en el camino.
El destino que se nos ha trazado tiene como objeto darnos las herramientas para aprender, ya que el objetivo de la existencia del ser humano en este mundo es alcanzar el conocimiento. Leyendas como las del Santo Grial muestran un significado oculto de esta búsqueda. “Quienes han buscado un Grial físico nunca lo han encontrado ni lo encontrarán, pues se haya en la región celeste, en otra dimensión a la cual se accede con la individualidad, con la conciencia cósmica. No es esta la condición de la mayoría de las personas al entra al tercer milenio”[1]
La realidad de la conciencia humana es de inconsciencia, viviendo en la ilusión bajo la ignorancia. Las personas sólo conocen los efectos de la realidad en que viven las cosas e ignoran las causas. Es así como terminan siendo juguetes del destino sujetos a la ley del accidente.
El Pasado, un hecho irreversible
En la vida hay hechos que no son irreversibles. El pasado es un hecho irreversible. Vivir pensando en el pasado, nos ata y no nos deja avanzar. Lo único real es el hoy, nuestro presente, que si es bien vivido, con sabiduría, construye un futuro favorable. Por tanto, tampoco hay que ocuparse tanto del futuro, sino vivir el aquí y el ahora. El pasado es una excelente herramienta para adquirir experiencias, tomar conciencia de nuestros actos y corregirlos. Esto nos lleva al conocimiento, el conocimiento de nosotros, nuestras causas y efectos. Así podemos ir moldeando nuestra personalidad y girando favorablemente en esta rueda de la vida.
La inmensa mayoría de las personas queda atrapada en la rueda de la vida sin conciencia, sujetos a la ley de accidentes. Creen conocer el mundo, pero sólo perciben con sus sentidos físicos una ínfima porción de él, solamente sus efectos y no sus causas. “La explicación de la vida y de los acontecimientos, y de tu vida, se encuentra en una realidad plegada, invisible a simple percepción, para conocerla tienes que salir del circulo cerrado, salir de la rueda. Esto lo puede lograr el deseo del alma que recuerda su origen divino, que sabe que perteneces a otro reino.”1
Casualidad y Causalidad
El conocimiento de las leyes y principios universales le permite al ser humano liberarse y comenzar a dirigir su vida [2]. Análogo a las leyes humanas, muchos accidentes podemos ocasionar si no aplicamos las leyes del transito.
Una de las leyes universales que nos compete directamente con este tema es la Ley de Causa y Efecto.
"Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a una ley no conocida; hay muchos planos de casualidad, pero nada escapa a la Ley".[3]
“La suerte es una palabra vana, y si bien existen muchos planos de causas y efectos, dominando los superiores a los inferiores, aun así ninguno escapa totalmente a la Ley. Los hermetistas conocen los medios y los métodos por los cuales se pude ascender más allá del plano ordinario de causas y efectos, hasta cierto grado, y alcanzando mentalmente el plano superior se convierten en causas en vez de efectos. Las muchedumbres se dejan llevar, arrastradas por el medio ambiente que las envuelve o por los deseos y voluntades de los demás, si éstos son superiores a las de ellas. La herencia, las sugestiones y otras múltiples causas externas las empujan como autómatas en el gran escenario de la vida. Pero los Maestros, habiendo alcanzado el plano superior, dominan sus modalidades, sus caracteres, sus cualidades y poderes, así como el medio ambiente que los rodea, convirtiéndose de esta manera en dirigentes, en vez de ser los dirigidos.
Ayudan a las masas y a los individuos a divertirse en el juego de la vida, en vez de ser ellos los jugadores o los autómatas movidos por ajenas voluntades. Utilizan el principio, en vez de ser sus instrumentos. Los Maestros obedecen a la causación de los planos superiores en que se encuentran, pero prestan su colaboración para regular y regir en su propio plano. En lo dicho está condensado un valiosísimo conocimiento hermético: que el que sea capaz de leer entre líneas lo descubra, es nuestro deseo. [4]
Cambiando el destino
Para cambiar es necesario saber que vamos a cambiar. Conocer e identificar nuestra percepción de nosotros mismo y de lo que nos rodea. Hay que saber lo que somos y por donde vamos.
Como vimos anteriormente, el hoy es lo único real, puedo intervenir en mi hoy, en mi día a día con pequeñas acciones que provoque un futuro favorable. Para cosechar primero hay que sembrar. Cultivando virtudes cosecharemos virtudes.
Poco a poco verás como ese cambio interno comienza a sincronizar con el medio que te rodea y los hechos comenzarán a cambiar.
En resumen, identifica lo que quieres cambiar, sus causas y crea nuevas acciones que generen otro destino.
“Haz hoy lo que quieres en tu mañana”
Conclusión
¿Con qué destino cuento? Un astrólogo nos dirá que nuestra carta astral indica nuestras características, fortalezas y debilidades con que hemos llegado a este mundo, un destino. Un psicólogo dirá que somos el resultado de los condicionamientos y parámetros socioculturales que adquirimos con el paso de los años. La ciencia dirá que nuestro destino está definido por nuestros genes.
Todas estas posturas también tienen abierta la posibilidad del cambio y transformación. Es así como la actitud positiva puede provocar grandes cambios en nuestra salud, evitando que se manifiesten estas tendencias genéticas que tenemos. Con un cambio de actitud se puede reprogramar nuestra mente con hábitos favorables para una buena calidad de vida. Una buena actitud puede hacer que las tendencias negativas de nuestra carta natal no se manifiesten, porque son tendencias que se pueden evitar y transformar en cualidades. Podemos cambiar el destino y crear un nuevo camino.
Cuando el ser humano toma conciencia de que su destino está ligado a una Voluntad Superior, su sentido de vida es más pleno, conoce para qué fue creado y todo lo grandioso que puede llegar a ser.
La Voluntad Superior no es una voluntad caprichosa, dominante y egoísta. Es esa fuerza que nos guía para volcarnos a nuestra verdadera realidad, esa realidad plegada. Nos lleva de vuelta a nuestro hogar.
Seamos co-creadores en Universo, arquitectos de nuestro destino.
Primer Anterior 2 a 4 de 4 Siguiente Último Eliminar respuestas
Respuesta
Recomendar Eliminar Mensaje 2 de 4 en la discusión
De: newbornjose2 Enviado: 29/01/2008 6:45
Muy interesante, amiguchi.
Encontré un pasaje que me hizo recordar la discusión REGLAS ¿PARA QUÉ?
Un saludo a todos(as) en EL ALBERGUE DEL TAL VEZ.
NBJose2
Hay Leyes en el Universo que no deben ser trasgredidas. Los que somos y seremos depende de nuestro accionar frente a esas leyes.
Respuesta
Recomendar Eliminar Mensaje 3 de 4 en la discusión
De: newbornjose2 Enviado: 29/01/2008 16:09
También, este correo interesante me remonta a lo que
ya discutimos sobre las ALMAS GEMELAS para lo
cual formulo nuevamente la pregunta y la relaciono con
ese tema:
Al nacer ¿nuestra vida ya está escrita? y no descansará
hasta encontrar su ALMA GEMELA. Esto me recuerda
lo que algún pensador griego afirmara al reflexionar acerca
de la búsqueda del complemento, independientemente del
sexo. Creo que se trata de "El banquete", en los Diálogos
de Platón y de ahí surge, más tarde, la idea de la media
naranja, etc. Lo cierto es que esa búsqueda sí se da,
siempre y cuando uno tenga la vocación de vivir en
pareja, y no se termina, mientras se vive, hasta hallar
esa ALMA GEMELA. Lo siento por todo aquél con
espíritu donjuanesco pues corre el riesgo de pasar
la vida pajareando y picando de flor en flor; inclusive
Don Juan encontró a su Doña Inés.
Bueno, ya sobrevolé por el Monte Olimpo un ratito
en compañía de Uds. gracias al bonito e interesante
correo de la amiguchi, a quién desde alguna parte
del Altiplano Mexicano se le envía un cariñoso saludo.
(Firma)
NBJose2
Respuesta
Recomendar Eliminar Mensaje 4 de 4 en la discusión
De: Rochana9 Enviado: 29/01/2008 16:38
Creo que tenemos una libertad terrenal digamos, donde elegimos alimentos, la ropa que queremos ponernos, las amistades que queremos disfrutar, una pareja para convivir, optamos por valores morales que van a regir este transitar.
Pero hay cosas que no tenemos libertad para elegirlas y es el derecho a la vida, la época donde viviremos ni el lugar donde nacer, ni la familia que te toca en suerte, ni nuestra muerte, aunque podemos matarnos pero naturalmente no sabemos siquiera cuando vamos a morir. Eso está regido por algo que es externo a nuestra voluntad. Somos una hoja bailando al compás de una música que no tocamos.y todo lo que elegimos no es por voluntad nuestra..no lo hacemos nosotros aunque creamos que es así y en realidad alguien mueve los hilos desde afuera y como somos imperfectos no lo percibimos y en nuestra soberbia omnipotente, creemos que somos dueños de elegir nuestro destino. Ahora, quién mueve los hilos?..Eso pasa al terreno de las creencias individuales. Rochi
Eliminar