"Un carruaje, un caballo y un cochero, abarcan toda Filosofía, toda Magia, siempre que, por supuesto, el fenómeno sea bien interpretado analógicamente y como ejemplo de saber mirar.
Habras observado cómo si el ser inteligente, el cochero, quiere hacer marchar a su coche sin el auxilio del caballo, el coche no se mueve?
Fijémonos bien en que en el ejemplo del coche, el cochero no puede hacer que marche el vehículo sin el concurso de una fuerza motora, que representa el caballo en el caso propuesto.
Habras notado que el caballo es más fuerte que el cochero, lo que no impide que éste, por medio de las riendas, utilice y se enseñoree de la fuerza bruta del animal sujeto a las varas del carruaje.
Si habéis observado todas estas cosas, ya sois medio magos, y podremos continuar con confianza nuestros estudios, si bien y ante todo, hemos de traducir vuestras observaciones al lenguaje cerebral.
El cochero representa la inteligencia, y, la voluntad, lo que gobierna el conjunto. El coche representa la materia, lo inerte, lo que soporta. El caballo significa la fuerza.
Obediente al cochero y actuando sobre el coche, el caballo pone en movimiento al conjunto. Es, pues, el principio motor, al propio tiempo, el intermediario entre el coche y el cochero y el enlace que une lo que soporta a lo que gobierna, es decir, la materia a la voluntad.
Si comprendés lo dicho, sabés mirar un coche y estás muy cerca de conocer lo que es la Magia."