¿Has descubierto que son distintos? (Autor: Hugo Almanza Durand)
Si vas a separarte porque has descubierto que tú y tu esposa son distintos, estás cometiendo un error.
Los seres humanos se casan porque se aman, no por creer que son iguales.
Dios hizo al hombre y a la mujer diferentes, casi opuestos, para que se atraigan y complementen en todo. Para que, en matrimonio, los dos sean uno y perpetúen la especie.
Ese mensaje de unión y ayuda mutua que debe haber en las parejas, nos lo puso El Creador en el organismo como para que jamás lo olvidemos.
Tenemos dos brazos que parecen iguales pero no lo son. Están colocados en sentido contrario; cada uno en su lugar cumple su misión. Lo que hace el izquierdo, no puede el derecho; pero juntos construyen el mundo. Tenemos dos ojos, aunque parecidos son diferentes. Uno ve más lejos que el otro, y éste, tal vez, con más claridad que el primero. Uno solo, ve con dificultad, pero ambos divisan el horizonte y llenan de luz la vida del ser humano.
Tenemos dos piernas con la misma figura, sin embargo la derecha es casi siempre más larga que la izquierda y no por eso, es mejor o vale más. Una sola, no avanza, se cae, pero las dos se apoyan entre sí, y gracias a ellas, camina el género humano. Ten paciencia
Con el tiempo comprobaras lo maravilloso que es vivir con el ser que se ama. Lo que no puedas hacer tu, lo hará ella, o viceversa y juntos podrán alcanzar el cielo. Si dejas de verla con ojos críticos, hallarás motivos suficientes para seguir a su lado toda la vida.
El matrimonio, gracias a Dios; es así.
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"El conocimiento es libre de ír a donde lo quieran recibír" (Almadeaventurero dixit)
Así es, cuantas parejas se han roto porque alguien decidió mirar de otro modo o
no aceptar que miraba de otro modo y que en ello estaba su voluntad y no la persona
mirada que no era distinta de antes, A veces sucede así.
Y de la misma forma se decide que se cambia la mirada hacia otro y ese otro empieza a tomar otro sentido para nosotros, eso es así también. Por eso si unto tiene una concepción de la pareja ha de tener una actitud consecuente con esa concepción y tomar conciencia de que el amor no se acaba, lo acabamos nosotros con nuestro cambio de mirada, con nuestra inmadurez en el trato, con nuestra inconsciencia en las posiciones que tomamos, responsabilizando al otro de nuestro personal cambio en esa forma de acercarnos , de mirar y que todo lo que aborrecemos estaba cuando decíamos sentir amor y que todo lo que damos a unos, hemos dejado de dar a otros.. , a veces tendríamos que tomar conciencia de si ese cambio que nos hace salir y buscar en otro lado ha sido nuestro, que toda generosidad nos parece poca con el vecino cuando dejamos en casa el plato sin sopa.
Pero es una reflexión que no suele hacerse cuando ya hemos adoptado ese cambio, sólo algo no nos gusta u otra cosa nos gusta más y cambiamos y el esfuerzo que poco nos parece fuera lo escaseamos dentro y lo justificamos, siempre lo justificamos.