Un día viviré bajo tu sombra,
encarnado en tu alma,
buscando,
el nombre de tu nombre,
peregrino incansable
entre el gentío imparable,
oh alma mía
que desandas por los caminos,
vas entre las huellas del pasado,
ahorrando el tiempo perdido
que el destino
lleva sufrimientos en sus espaldas,
mas, oculto entre los rincones,
los pensamientos
son flores del presente,
si alguna ves, me ves pasar,
entrégame de tus pasos su andar,
porque vivir así ocultándome
entre las sombras,
es como vivir sin razón,
sin sol en el día
sin luna y estrellas en la noche,
sin viento y sin agua,
es como estar muerto
es ser un zombi entre la gente,
quizás sea solo,
la espada del quijote
o las espuelas de sus botas
propiedad de la eternidad,
quizás sea solo sueño
entre otros sueños,
no hay calma
cuando de amar se trata,
calma esta angustia,
que me lleva por senderos oscuros,
hay ansiedad en mi espíritu
haz que este amor no sea mi fin,
mi cielo gris,
mi tarde de tormenta,
que dolor nos une,
y que alegría nos separa,
yo necesito de ti,
necesito de la flor de tu jardín,
pinta mi nombre de color esperanza,
anula con tu pócima
las penas y tristeza,
y aflora la luz de la vida
en cada sonrisa,
solo un día mi amor,
déjame caminar bajo tu sombra,
no permitas que la agonía de mi ser
aumente el desgano de crecer,
yo no puedo seguir viviendo
como un fantasma desconocido
yo quiero darte la luz de mis ojos,
quiero entregarte mi voz
para que no se borre
aquel recuerdo inolvidable
de tu bello rostro
aquí en mi mente.
El Caminante...