HOMENAJE A LA MADRE COVADONGA

 

 

Ayer tuve el gusto, con otros muchos, de asistir a este homenaje y conocer en persona a este pequeño y agachado ser humano que ni sus 88 años “vividos” ni la voz que apenas podía levantar, la impidieron enseñarnos una y otra vez una canción que significaba mucho para ella y se empeñó en que la aprendiéramos… sueño que sueño soñando… y compartír los bailes, "huaynos, con unos y otros sin consentir sentarse hasta que terminaba. Toda alegría una alegría dulce y juvenil como sucede con todos esos mayores que al final de sus días, conscientes de haberse dedicado a los demás, sonríen a lo que les resta de vida.

 

La Cátedra Ignacio Ellacuría de Teología y Ciencias de las Religiones del Instituto de Derechos Humanos Bartolomé de las Casas de la Universidad Carlos III de Madrid, la Federación de Asociaciones de Peruanos (FEDAP) y la Asociación de Cooperación al Desarrollo Integral de los Pueblos para América Latina, tienen el agrado de invitarle al acto de homenaje en reconocimiento a los 50 años de labor social de la Madre Covadonga en su peregrinaje solidario a favor de los pueblos afectados por el impacto de la violencia armada en el corazón andino peruano en Ayacucho, Perú.

La ceremonia tendrá lugar el próximo jueves 22 de octubre a las 20:00 horas en el local del Movimiento Humanista por la Paz, ubicado en C/. Ardemans Nº 48 (Metro: Diego de León).

Agradecemos vuestra asistencia.

En Madrid, a 17 de octubre de 2009

 

 2001 – Hna. María Estrella del Carmen Valcárcel

By premioscampodonico

 

La hermana María Estrella del Carmen Valcárcel, conocida entre los peruanos como Madre Covadonga, nació en Campomanes (España) en 1922 y desde 1974 tiene nacionalidad peruana. Su amplia trayectoria en favor de los grupos más necesitados, especialmente en Ayacucho -que fuera zona de emergencia- le ha valido reconocimientos en el Perú y el extranjero. En esos años, fundó la primera Escuela de Alfabetización y una biblioteca que atiende a unas 800 personas, entre otros.

peru-violencia (crónica) 03-04-2007

Este reportaje es de años atrás, pero me gusta porque habla de su valentía y su ingenio en los tiempos más difíciles y  aún no encuentro una reseña del evento de ayer

Madre Covadonga, la asturiana que dedica su vida a buscar paz en Ayacucho

A sus 85 años y tras décadas al lado de las víctimas de la guerra, la religiosa asturiana conocida como 'Madre Covadonga' es un referente indiscutible de paz en la castigada región peruana de Ayacucho.

Premiada por un sinfín de organizaciones pro derechos humanos, la dominica española es la voz de la conciencia en ese recóndito paraje andino, pero sobre todo es una superviviente del conflicto librado por el grupo maoísta Sendero Luminoso contra el Gobierno (1980-2000).

María Estrella del Carmen Valcárcel, rebautizada como Madre Covadonga cuando tomó el hábito en honor a la patrona de Asturias, recibió hace unos días su última condecoración de manos de la Defensoría del Pueblo de Perú, cuando se le volvió a reconocer su labor en la búsqueda de la paz y apoyo a las víctimas.

Llegó en 1947 al país y durante la guerra fue la única misionera extranjera que no abandonó el infierno de Ayacucho.

En una entrevista con Efe recuerda: 'en 1982 la cosa estaba grave, nuestros superiores vieron que Ayacucho y muerte eran lo mismo, nos pidieron retirarnos (...). Yo me quedé'.

Aquella decisión marcó para siempre su vida y la de un buen número de ayacuchanos.

'Comenzaban a llegar muertos a la morgue, había cadáveres que les habían dado con palos y piedras (...). Cuando regresaba del hospital de ver piernas, cabezas, esos cuadros tan tremendos, me pregunté: ¿por qué estoy en Ayacucho'.

Fue así como se propuso contrarrestar el mensaje de Sendero que ya había arraigado entre los jóvenes.

'Me dediqué a servir a mi pueblo, a cualquier persona, si había dolor ahí estaba acompañando, aconsejando o ayudando. En el cementerio, en los velorios, por las calles, los pueblos, las quebradas, los valles', según la misionera.

'Los velorios y entierros eran muy peligrosos porque podría ser un terruco (terrorista) o un militar, pero daba igual quien fuera, ahí estaba yo'.

Su estrategia fue extender mensajes cantados de paz, que el pueblo captó mediante reuniones secretas en su casa a las que acudían cada semana entre 300 y 500 mujeres.

Fueron las madres y esposas de los senderistas y militares muertos sus principales aliadas y aquello la convirtió en blanco de amenazas.

Recuerda cómo Abimael Guzmán, el fundador de Sendero Luminoso, un día la espetó: 'hoy te mato'. Horas después recibió una llamada: 'esta noche a las hermanas dominicas les toca'.

Pero más temor sentía por las fuerzas de seguridad: 'los terrucos fueron malos, entraban aquí y nos pedían comida, pero se iban; el Ejército decía dame de comer y pam, pam, ahí mismo te metían en una habitación y te quemaban, lo hacían con saña'.

'Los senderistas eran jóvenes de campo arrastrados por una idea, pero el Ejército era premeditado', agrega, al manifestar que ningún Gobierno buscó detener aquella sangría que -según la Comisión de la Verdad- dejó casi 70.000 muertos.

'Nuestro pueblo está hoy enfermo de cáncer, llevamos 14 años agachados, sin poder hablar, sin poder defendernos', prosiguió la anciana.

Para la Madre Covadonga, 'el futuro de los jóvenes es pésimo, no hay esperanza. El trabajo se da a los amigos (...), esto está produciendo un malestar interior que Dios quiera no estalle al exterior porque sigue la injusticia, el abuso, las coimas (sobornos)'.

También arremetió contra las ONG: 'vinieron a engañarnos, traían proyectos, decían vamos a sembrar maíz, terminaban su dinero y nos dejaban plantados, eso era herir más el corazón del pueblo. Estamos heridos, escarmentados y decepcionados'.

'Si en tiempos del terrorismo la pobreza era del 10 por ciento, hoy estamos en el 80 por ciento, a pesar de que no sé si hay 100 ONG en Ayacucho', aseveró a Efe.

A sus 85 años, esta asturiana no quiere morir sin ver cumplidos sus últimos sueños: la creación de un centro para discapacitados y frenar los problemas de la vista y epilepsias que tanto sufren los ayacuchanos.

En 2003 logró un objetivo: implementar un centro de salud mental para atender a los trastornados que en esta región peruana siguen siendo muchos a causa de las secuelas del conflicto.

Terra Actualidad - EFE