Porque estamos hasta los cojones de tanto chorizo
Le cantamos a la corrupción
Era esto o ir a quemar edificios públicos
Creen que están por encima del bien y del mal, y lo más triste es que probablemente tengan razón. Después del cachondeo del Gürtel, del que casi todos los del PP salieron tan airosos, nos enteramos (oh, sorpresa, nadie se lo podía esperar) de que algunos de los respetabilísimos prohombres de Convergencia no eran más que vulgares ladrones. Y de que un importante alcalde socialista también está con la mierda al cuello. Y de que el tal Millet (el cleptómano exdirector del Palau de la música) subvencionaba a un montón de partidos con dinero que a lo mejor muy suyo no era.
Todo esto, que está saliendo ahora a la luz, lo único que consigue es que nos preguntemos qué permanece en la sombra. Jordi Pujol, haciendo exhibición de unos testículos que no cabrían dentro del Camp Nou, dijo el otro día que si tiraba de la manta todos se iban a hacer daño, así que mejor pasaba. Vale que el expresidente de la Generalitat esté de vuelta de todo, pero aquí se está hablando de fraude con dinero público y de encubrimiento de delitos, algo que nos parece bastante grave tirando a muchísimo. ¿Sabe qué le decimos, President? Que se hagan daño. Que sepan de una maldita vez qué es pasarlas putas, y si tienen que ir a la cárcel, que así sea. Claro que ya se sabe qué ocurre con la gente de pasta. Que si van a prisión es por poco tiempo y, además, en unas condiciones envidiables. Si van. Lo más probable es que consigan una carta de esas del Monopoly de Queda libre de la cárcel. Y nosotros, como siempre, volvemos a la casilla de salida. Y sin cobrar las 20.000.