¡La Virgen, la Virgen!... Ella dende arriba
de las parigüelas que la porteaban,
lo mesmo a los ricos, lo mesmo a los probes,
a tós los miraba con la mesma cara;
y.., ¡qué corci! a mí me paecía
qu´a nusotrso mejó nos miraba,
paeciendo icirnos
con aquellos ojos cuajaos e lágrimas:
"¡Peirme, muchachos,
peirme con gana,
pa que Dios sus conceda a vusotros
lo que os jaga falta!"
Y yo l´he peïo
a esa Virgen tan güena y tan santa,
a esa Virgen que ya no m´acuerdo
cómo la mentaban,
qu´aremate mu pronto esta guerra
y que pare e llover, porque´l agua,
que mus quita trebajo a los probes,
está jorobando toita la senara.
¡Yo no sé que será de nusotros
como siga metio´l tiempo en agua,
y en Melilla sigan los hombres mandones
trillando la granacias!...
Y el pan n´ha subio, gracias al alcarde,
qu´a los panaëros ha tenío a raya,
qu´es presona de mucha concencia,
que mus dio trebajo a tós en la praza.
¡Ay, padre; qué güenos que son los señores
cuando icen a seglo con gana!
Tós los del casino de nuestro partío
le daron limosna a to´l que llegaba,
y sin destinciones, y sin miramientos,
juera gente suya o juera contraria.
II
Yo tamién me gusta
la Semana Santa,
por sus comilonas
llenas de durzainas.
Muchos platos, muchos,
ca uno de su casta,
porque pa estos días,
agüela Tomasa,
ha mercao unos peces mu grandes,
más grandes que carpas,
que se pescan mu lejos, mu lejos,
más allá e Zafra,
y que saben d´un modo más rico
que los que se pescan en el Guadiana.
¡Chacho!, qué potingues, y cuántos guisotes,
y cuántas cosinas, y cuántas durzainas
pa ponerse jartete y pa dirse
a los morumentos pa vé las muchachas.
¡Chacho!, qué jorgorio hay en las tinieblas
en cuanto las últimas candelas s´apagan.
Yo di matracazos
con la mi matraca,
y arrimé silbíos
que naide arrimaba.
Y no era yo solo; que tós los muchachos
jacían lo mesmo metiendo bullanga;
porque mus dijera la señá Colasa
qu´hay que meter bulla
pa que los diablillos del Santo se salgan,
porque tienen töavía la querencia
d´hacer perrerías con la gente santa
y atizá zurriagazos al Cristo
qu´en aquellos tiempos le crucificaran.
III
Yo tamién lo qu´a mí más me gusta
es cuando se juntan dambos en la praza,
la Virgen aquella y el Resucitao.
¡Chaco, qué estrumpicio cuando me la estapan!...
Al bori sin bori, prencipian los curas,
y tlon, tlon, tolón, tolón, toitas las campanas,
y tachinda, chinda, tós los del Pulío,
y las escopetas jarriando descargas,
y... estas cosas padre, no son pa contao,
no son pa explicalas,
tié osté qu´ir otro año pa velas,
tié osté qu´ir con mi madre y mi hermana,
pa enterase de toas las cosinas
que pasan pol pueblo por Semana Santa.
Luis Chamizo