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DESVÁN DE TALVEZ: - Correo sobre el Perdón
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: talvez  (Mensaje original) Enviado: 07/04/2010 01:33
De: talvez  (Mensaje original) Enviado: 07/04/2010 01:29
Una amiga querida me envió este correo


" ¿Crees que perdonar es difícil?  Muchas persona lo creen así porque piensan en el perdón como un regalo que van a dar a alguien más. El perdón es un regalo para ti mismo, no para el otro.

 

Huimos del perdón cuando decimos "Yo nunca le perdonaré" o "Que le perdone Dios". Dios no nos puede personar porque simplemente Él nunca nos juzga, somos nosotros quienes a diario emitimos juicios.  El juicio nace del miedo, el perdón en cambio va de la mano con el Amor.

 

El juicio va acompañado de ira, resentimiento y venganza.  ¿Te sientes inocente? Es difícil hacerlo, todo el tiempo nos estamos sintiendo culpables, es por eso que también necesitamos perdonarnos a nosotros mismos. Esto es a veces más difícil que perdonar a los demás.  Desde que nacemos nos sentimos envueltos en culpabilidad, ya tenemos encima "el pecado capital", ya se nos ha rotulado como culpables, haciéndonos sentir inmerecedores y rechazando la abundancia, auto-castigándonos para minimizar la culpa.
 
No hay sanación posible si no hay primero un proceso de perdón. El perdonar te descarga y te ayuda a sentirte más liviano. Cuando tienes un resentimiento con alguien te ves triste, rígido, se te endurece el rostro.

 

PROMESAS DEL PERDÓN

 

1.     Reconciliación. El perdón te conduce a un proceso de reconciliación. Esto no implica que tengas que hablar personalmente con aquella persona por quien te sentiste lastimado, simplemente tráela a tu corazón y limpia tus resentimientos con ella. Todos los procesos de perdón te traen el regalo de la salud y la alegría.  Muchas enfermedades nacen de resentimientos o ira reprimidos, que terminan produciendo en el organismo sustancias dañinas que afectan nuestra salud y bienestar.

2.      Armonía en las relaciones. Con el perdón dejas atrás heridas y sentimientos dolorosos, cortando así las cadenas que te hacen daño al mantenerte atado a los demás.
3.      Paz Interior.
4.      Dejar el Pasado Atrás.
5.      Libertad.
6.      Recuperar el Poder Personal.
 
DISTORSIONES DEL PERDÓN

 

Muchos confunden el perdón con alguna de estas distorsiones.
1.  Ocultar los Sentimientos. Colocarte máscaras de tranquilidad cuando tienes sentimientos encontrados que te convierten en un volcán. Muchas personas creen que ser espirituales no les permite sentir este tipo de emociones, por eso los ocultan.
2.  Permitir o Justificar. Nos rehusamos a perdonar para protegernos de ser maltratados otra vez, pero perdonar no es permitir ni convertirte en víctima para que otros pasen por encima de ti, ni defender al otro que te agrede. El que perdones no te obliga a seguir permitiendo el daño.
3.  Adoptar Actitud de Superioridad. Si sientes que eres superior espiritualmente y por eso estás obligado a perdonar, y luego haces alarde de tu perdón, no estás perdonando sinceramente. El perdón es humilde si se hace de corazón.
4.  Sufrimiento. Si tu ego aún se siente lastimado, si dices perdonar y aún te causa dolor el recordar lo sucedido, no has perdonado. Muchos se someten a situaciones que los lastiman por simple resignación, mas interiormente se acumulan cargas y cargas que impiden su libertad.
5.  Ceder el poder Personal. Perdonar no implica que el otro pueda hacer contigo su voluntad. Sólo tú tienes el poder sobre tu vida.

 

¿Cómo puedes saber si ya has perdonado? Solamente observa la situación otra vez, recuerda a aquella persona que te lastimó, si al hacerlo se mueven en ti otra vez las mismas emociones, sientes rabia, tristeza, dolor, es tal vez porque te has convencido de un falso perdón.

 

PASOS DEL PERDÓN

 

Antes que nada separa la conducta del ser, puedes perdonar a la persona aunque su conducta haya sido inaceptable para ti. El perdón nace del corazón, sin embargo podríamos hablar de algunos pasos a seguir para alcanzarlo.


1.  Reconocer y aceptar que hay en ti una herida.
2.  Deshacerte del dolor. No es fácil, pero recuerda que eres inocente y no tienes de qué culparte ni por qué culpar a nadie.
3.  Liberarte cambiando la visión. Trata de ver siempre más allá, con los ojos del alma.
4.  Decide sobre la forma en que quieres seguir manteniendo tu relación con la persona que te hirió.
5.  Sé Humilde
6.  No te duelas por haber perdonado.

 

Perdonar no es más que aprender a ver las cosas de otra manera, no rotular ni juzgar a nadie.  Resentir es no permitir que la herida sane para poder vivir en el presente. El pasado no lo podemos cambiar pero lo podemos observar de otra manera. Mis aguiluchos. Mario Aguilar Vargas"

 

 

 

Bueno, otro escrito que como los relativos al amor, cargado de ideales, de buenos deseos, de metas, de caminos a seguir.

 

Estoy segura, dentro de lo que puede estarse, de que es la interpretación que hacemos la que nos lleva por los caminos que nos lleva, y que la intención de los autores es siempre buena y la mayoría de los casos acertada.

 

Me  gusta la exposición que hace. De qué se trata, distorsiones, y cuál sería el camino por fin.

Podría decir que estoy completamente de acuerdo y de “pe a pa”, pero entonces caería en una de esas “distorsiones”. Es la tendencia que creo tenemos. Cómo atrevernos a cuestionar, criticar, en resumen, tan solo analizar lo que leemos y asumimos, siendo esto tan evidentemente bueno?

Pues, por eso, para no caer en una de esas “distorsiones” en las que se dice hacer y no se hace.

 

Acá leemos que uno de los “escapes” para evitar hacer eso que nos cuesta tanto, perdonar, es decir “que perdone Dios” y que no tiene caso porque Dios “no puede perdonar” porque “Dios no juzga nunca”, dice además, nunca.

 

Por otro lado, de una comunidad católica, no una cualquier, sino de  las…más que más ( al menos de eso van), entresaqué estos textos

 

"Durante toda la Cuaresma la Iglesia nos ha ido preparando para encontrarnos con el misterio de la Pascua, que es el juicio que Dios hace del mundo, el juicio con el cual Dios señala el bien y el mal del mundo. La Pascua no es solamente el final de la pasión; la Pascua es la proclamación de Cristo como juez del universo. Un juez que, por ser juez del universo, pone a sus pies a todos: sus amigos, que pueden ser los que le han servido; y a sus enemigos, que pueden ser los que no le han servido.

 

El juicio que Dios hace del hombre dependerá de cómo el hombre se ha comportado con Cristo. Ser conscientes de esto es, al mismo tiempo, dejar entrar en nuestro corazón la pregunta de cuál es….

 

 

Y yo, cuando leo y oigo unos y otros suelo decirme ¿ y quien sabe?, quien sabe en realidad que´hace o deshace Dios?. Y me temo que debe andar más que harto de nuestras interesadas interpretaciones. De cómo le utilizamos para atacarnos unos a otros cuando esa presencia de su Hijo carecería de sentido si nos perdemos su último mensaje.

 

Si uno recurre al A. T. todo son amenazas y condenas, que suelen ser muy socorridas para los que se sienten del lado de los “buenos” y con ellas pueden amenazarnos a los que al parecer no lo somos tanto.

Pero,  acaso la figura de Jesús no significa nada?, su presencia no sirvió, no sirve para nada?, su vida y esa muerte fueron inútiles. No hemos conseguido leer nada en su vida?. Esa vida que año tras año nos embelesamos y seguimos enardecidos, sobre todo su pasión?. Para nada?.

Este Jesús sólo tuvo un mensaje , amor, amaos unos a otros como yo os he amado.

Lo repetimos tantas veces…, pero no nos preguntamos bueno y…, exactamente cómo es esa forma en que nos ama. De qué forma quiere que lo amemos?. Tal vez se refiere a ir a la iglesia en actitud de profundo recogimiento, incluso con lágrimas en los ojos y decir, Señor, te amo!. Y luego sale uno y….. ya!?

 

Ese único mensaje, amaos, lógicamente no le impidió luchar contra una única cosa, la hipocresía. Contra las fachadas. Se indignó cuando utilizaron el templo para “santificar” otros intereses mucho más mundanos y crematísticos. No tuvo miedo de llevar la contraria y enfrentarse a sus máximos “Jefes religiosos”, sus “autoridades” los que tenían el poder de la sabiduría de la religión, de las escrituras, aún sabiendo que lejos de hacerles reflexionar y mirar más allá de las formas, de las letras, les provocaría su rechazo, su condena, y fue sacrificado. Sí hasta ese punto, los que se sienten del lado de la “ley”, los que se sienten del lado de “la verdad”, son capaces de hacer desaparecer de forma brutal la única verdad que tuvieron alguna vez delante y que tanto les molesta.

 

El no creo que muriera para que nosotros fuéramos perdonados, Dios!!!!, o perdona o no perdona, pero si perdona no va a necesitar que su Hijo, que El mismo muera; su vida, su muerte tenía un sentido mucho más inquietante ( supongo que por eso queremos olvidarlo, mirar para otro lado y decir que sólo fue un “acto necesario para perdonarnos” ) Tal vez, lo que sí necesitamos antes y ahora y lo que en realidad hizo fue demostrarnos a través de  otro ser humano, como nosotros, que se puede y se debe vivir una vida con coherencia y sin buscar los recovecos de las leyes (las formas y las fórmulas) para escapar a la conciencia, a lo que debe haber, hacer, ser para expresar ese amor, ocuparse los unos de los otros, ayudar a los que lo necesitan, no voltear la cara y esconderse tras la limosna (de uno u otro tipo).

 

Cómo se entiende un amor tan sublime, tan entregado, tanto fervor hacia alguien a quien no se conoce siquiera?con quien no se ha rozado uno, con quien no se ha mantenido cercanía alguna, salvo en nuestra "idea", ese fervor y entrega a.. lo que representa una imagen , mientras se voltea la espalda al hermano, se cierran las puertas al vecino?

Jesús contestó a esas preguntas de antes “…, exactamente cómo es esa forma en que nos ama. De qué forma quiere que lo amemos?

 

“… lo que a uno de esos pequeños hermanos hagáis, a mí me lo hacéis.

“ .., cuando diste de comer al hambriento, de beber al sediento, cuando abriste la puerta… a mí me lo hiciste

 

 

Si siguiéramos esta pequeña ecuación lógica…

Cuando agredimos, abandonamos, despreciamos…,

 

Qué padre se siente orgulloso de lo mucho que se le quiere mientras se maltrata a sus hijos? ¿Qué padre se lo cree?.

 

Tal vez, como en parte intenta hacernos ver el escrito, no toda la culpa es nuestra. O no, más bien nos dice, que no es que debamos perdonar por el otro, sino por nosotros mismos, porque perdonar nos descarga, nos hace sentir bien.  Y así es, ese buscar sentirse bien nos lleva a caer en algunas de las distorsiones que también nos avisa. (Es por éso que al principio decía que estoy segura de que no es lo que pretende el escrito, aunque por otro lado nos da los medios para precisamente caer en una de esas distorsiones)

 

Como hay tantas veces que la falta de ejercicio y/o el dolor demasiado grande, nos dificulta tanto sentir el perdón, nos concede que.. no necesitamos ver a la otra persona. Ese ver, obviamente no se refiere al sentido de la vista, en realidad está indicando que no es necesario entrar en contacto con... , acercarse ..

Bien, sin embargo, en otras reflexiones sobre el perdón, sobre la dificultad de sentirlo ( sobre eso no se manda, se siente,) sólo cabe hacer lo posible, tener la voluntad y andar unos pasos. Esos pasos, que sí están dentro de nuestra voluntad, dentro de lo que sí mandamos, son precisamente el encuentro. El odio suele nacer del desconocimiento, de conocer sólo una parte de un ser humano. Es de ahí precisamente que aunque no se vaya contra la persona sí hay que ir contra los hechos. Los malos actos hay que combatirlos, pero .. la voluntad que está tras la persona que los “actúa”, ésa es la que no conocemos aunque la sospechamos, y la sospechamos desde nuestro desconocimiento de ese momento y de toda la historia de vida de la persona. Por eso, es difícil hablar de perdonar y, algo que no se suele tratar casi nunca y mira que he buscado, sobre pedir perdón, algo igualmente difícil y doloroso y que asimismo te descarga y te hace sentir más liviano.

Y de nuevo, en el pedir perdón, buscamos ese sentirnos bien que nos lleva, igual que al concederlo, a caer en más de una distorsión que consigue a fin de cuentas lo que buscábamos, sentirnos bien, no pedir perdón ni perdonar.

 

Hemos reflexionado en grupo y con unos guías poco dudosos y , sin estar más cercanos de la verdad que lo que este escrito expone concluíamos que no podemos luchar toda la vida por conseguir algo para lo que no estamos aún preparados ( cada uno tiene una historia de vida y tendrá su momento). Esa historia de cada uno que nos impide en un determinado momento más o menos largo sentir que perdonamos y esa historia de vida que no conocemos del otro y que, lo más grave y triste sobre todo, no queremos conocer, siendo precisamente el encuentro, el conocimiento el que nos acercaría al perdón por comprensión, en sus dos vertientes ( pedirlo y sentirlo).

A esta fórmula creo que nos ha llevado esa otra fórmula que hemos quedado aislada, aislada del resto de nuestra vida: La confesión,. Da igual que lo hagamos en el confesionario ante el cura, o de rodillas en un momento de “éxtasis” en los bancos de una iglesia. Luego ahí queda todo, nos “sentimos” descansados, descargados, aliviados, nos hemos “perdonado” a nosotros…. A nosotros por lo que hicimos o por el perdón que no sentimos.

 Hemos hecho nuestra “penitencia”, ser capaces de abrir nuestra conciencia y admitir lo que hicimos o lo que nos duele, y ya. Salimos “a la vida” felices , tras nuestro exámen, nuestra verbalización y sin más que rezar unas más o menos numerosas oraciones. Esa felicidad que tanto jalean algunos y que no es que yo no la haya sentido ni tenga nada en contra, tan solo de la falsedad del motivo por el que nos sentimos tan livianos y alegres. Ese es el quid.  Donde estuvo nuestra azaña de la que nos sentimos tan orgullosos??. Perdonamos a aquél, pero no tengo que volver a saber más nada de él, ni que se me acerque, “poldió!!!!!!”, o sí claro que lo perdono, pero es que en realidad ya me da igual, ahora ese asunto no me importa, no porque lo he perdonado, sino que me resulta facil perdonar porque ya no me preocupa, o.. le pido perdón, pero no quiero ni saber las consecuencias de mis actos?. Esas peticiones generales…, pido perdón a quien haya hecho daño ( pero uffff que a nadie se le ocurra decirme quien fue el dañado ni mucho menos el daño). Yo no creo en ese perdón.. No creo porque no se siente, sólo nos hace sentir bien, descargados, aliviados. O, también, claro, esas que "se sienten de corazón", y tras las que se encuentra la posibilidad de acceder a algo que sin ese perdón  no obtendríamos. Es perdón? o es que en este caso lo necesitamos para nuestro verdadero objetivo.

Es caricatura, pero es de ésa forma como mejor materializamos lo que suele suceder muy a escondidas en nuestro interior o acaso no hay mucho de eso en tantas y tantas veces que con “nuestra mejor intención”, con la oportunidad de determinadas fechas, tenemos ciertos gestos??, caemos en esas distorsiones. Necesitamos tanto sentirnos bien que "aceptamos perdonar o pedir perdón"...para... sentirnos bien.

 

Es la "distorsión" que hemos hecho de esta religión de la que soy miembro,  que, aunque muchos la ataquen por trasnochada o dura en sus exigencias,  en gran medida es fachada, nos la hemos hecho muy cómoda, nada de pensar, sólo seguir unas normas. (Como recordábamos en la reunión, ir a misa, cumplir los mandamientos o.. confesar.. y ser buena persona –pero no hacía falta indagar más allá acerca de qué significa ser buena persona-) nos hemos acostumbrado a sustituir, en lugar de acompañar, nos hemos quedado en la fachada, en los rituales.  ah!!! Cómo descarga seguir un ritual y lavarse después las manos!.

 

En este escrito, siguen siendo tan exigentes que quizá nos “obliga” a evitar pensar de nuevo y tan solo seguir “las instrucciones”. Porque claro, no importa tanto qué hagas cuanto que lo sientas. Pero Dios mío!, hay tantas historias de vida como seres en el mundo, y cuantas situaciones nos resultan insalvables en ciertos momentos por más que uno quiera, por lo tanto te “condena” a no ser perdonado porque no perdonas. Y como el ser humano tiene un límite de resistencia por grande que éste sea.., termina uno cayendo en alguna de las distorsiones, para dar,  para pedir perdón, en definitiva, para poder descansar.

Es lo que estudiamos, lo que reflexionamos en esa reunión y que nos llevó de nuevo al valor de los hechos como expresión de lo que en conciencia queremos, aunque nuestro momento puntual ( más o menos largo ) no nos permita sentir.


 

 

 

 



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