Ayer, tras leer algunos textos y aún disgustados por la falta inesperada de nuestro maestro, guía y también amigo J. Lois, esperemos no por mucho tiempo, ocupamos el tiempo en una puesta en común de diversas experiencias intentando responder algunas de las cuestiones surgidas días atrás.
Tomé algunas notas que me hicieron pensar.
- Alguien refería que su experiencia provenía de una familia libertaria, donde el centro de todo el “orden”, era el respeto por la libertad. Curiosamente, bueno a muchos les podría parecer raro, curioso, esa referencia a la libertad les hacía remitir toda decisión, todo esfuerzo a Jesús, el ser humano más libre, envidiablemente libre. Sin hablar de “religión” ni de cristianismo, se había formado en él, de tal forma que era su guía de vida. Qué haría él??. No porque se deba, no porque sea Dios, no porque seamos castigados, sino porque era libre , porque jamás se vendió ni a enemigos ni a amigos y demostró que se podía vivir libre y que esa libertad era buena para todos.
- Otro siente que aquí estamos la mayor parte del tiempo durmiendo y que, a veces hay que despejarse un poco porque hay que tomar alguna decisión. En esos momentos algo le pellizca y le hace optar por un lado. Una decisión que no le gusta, que siente que no le conviene, pero sin embargo, termina tomándola porque siente que “así tiene que ser.. y, encima ni siquiera le hace sentir bien. No, reconoce que la mayoría de las veces no le produce satisfacción, pero simplemente ha optado por ella, .. tampoco puede hacer otra cosa si no quiere traicionarse (** curioso) . Y , bueno, luego, con esa sensación no siempre agradable, toca aceptar que tiene que soportar esa bronca interna porque… es su bronca, porque es la que “te ha tocao”, y así hasta la próxima. (una bronca entre su yo y… no sabe qué otra instancia que al final le hace decidir)
(** Cualquiera podría interpretar que el no traicionarse a sí mismo sería más bien haber seguido el impulso hacia lo más cómodo, lo más apetecible. Sin embargo, es un tío honesto y reconoce que esa opción no la toma por generosidad, no le hace sentir bien,pero que “no puede” tomar otra. No presume de buenos sentimientos, no se engaña ni lo pretende porque tampoco vende que busque el sacrificio, tan solo que opta por “x”, porque es lo que siente que tiene que hacer, porque traicionarse sería precisamente lo que solemos hacer cuando buscamos “justificaciones” para vendernos que la decisión más cómoda, más conveniente a “nuestros intereses” es la mejor.
- C. nos cuenta un rápido recorrido casi desde adolescente. De película. Y.. que tampoco puede “evitar” vivir así.
Igualmente se queja de que se la pasa despotricando contra la vida que lleva, pero es que tampoco sería capaz de vivir de otra forma. Me encanta esta “verdadera” sinceridad.
- R. nos refiere cómo se acercó a la fe al contactar por unas jornadas con este grupo, a esta parroquia y después a estas conferencias y tertulias. Hasta entonces no conseguía conectar, todo le sonaba a palabrería, sobre todo al resultar tanto contraste con su historia personal y más desde que por su profesión convivía con todos esos chavales. Siempre en contacto con historias muy , muy duras. Apenas unos pocos años y cuánto sufrimiento en sus vidas, en sus familias, y de remate, las terribles experiencias en los Centros de Reforma o de Acogida. Todo aquello le hacía sonar a hueco cualquier intento de acercarse a la religión, a la iglesia, sobre todo a las personas religiosas, a las personas de iglesia. Todas las lecturas, todas las prédicas, todas las charletas entre amigos, fieles, conocidos, etc., le alejaban irremediablemente en lugar de engancharle.
Aquí, sin embargo se ha ido enganchando sin darse cuenta, de tal forma que ahora lo necesita precisamente para seguir con su trabajo . Nos explica que ha llegado a la conclusión de que es por las “palabras” que se utilizan.
Hablamos de todo, de temas muy abstractos, conceptos muy complicados de manejar, a veces nos elevamos y otras muchas quedamos muy, muy incrustados en la tierra. Sin embargo, en uno y otro caso , hay algo que sobresale, las “palabras” de aquí no son las palabras de segunda mano que solía escuchar, no son palabras prestadas, discursos copiados y apenas remozados, que no conseguía reconocer en el comportamiento, en la vida de esas gentes. Aquí se encontraba que son palabras propias, que nacen en el momento, son vivencias que transmiten verdad por la forma de contarlo. No se habla de éxitos, no se habla de buenos sentimientos, se habla de vida, de dificultades apenas superadas con un montón de lucha y contrariedades por medio, que a veces terminan en logro y otras no, pero que se vuelve a empezar, “como la vida misma”. Y yo pensé, pero ahora pienso, aunque… desde hace un tiempo…. Se cuenta como quien cuenta cómo nos fue el fin de semana, a veces divertido, otras un desastre, o como logramos un puesto de trabajo o llegar a fin de mes, o unas vacaciones en un crucero, de una u otra forma, se termina refiriendo todo a la vida diaria, a nuestro día a día con nosotros, con nuestro hacer cosas y relaciones. Siente que ahora entiende cómo se vive en cristiano.
- Y C. nos hizo terminar riendo de nuevo, con su expresión de “yo no entiendo nada”, se queja impenitentemente, como también S., de que la liamos mucho y que ella a veces se “mosquea” y se observa y no consigue encontrar nada de espiritual ni trascendente. Que se queda con enorme curiosidad escuchando y que se agota y que necesita las fuerzas porque ella tiene muchas cosas que “hacer”.
C. es el prototipo de vivir por y para los demás. Aunque todo el tiempo está protestando de todo y de todos, nos tiene alucinados. Cómo se puede tener una historia de vida como la de ella y cabrearse porque no entiende nada de “eso del espíritu”. Así que a cada rato amenaza con que está harta que ya no da abasto, que le agobian los niños de la Cañada, y los desahucios de no se donde y que el otro que se quiso suicidar, y las entrevistas con los fiscales y las peleas con las subvenciones, y…que lo va a mandar todo a la porra, nosotros incluidos!!. No conseguimos encontrar su “secreto” para no entender que la vida puede ser de otra forma que no sea ocupándose de todo problema que se cruza en su camino, pertenezca a quien pertenezca.
Su tarea no es “ayudar”, sino tener INTEGRADO en su vida, en su familia incluso, el “mensaje”, mojarse con todo aquél que se cruza en su camino con problemas ( con sus cruces) y “dar patadas” por todos lados, a ella a veces “por idiota”, a veces porque no consigue hacer más y a los demás siempre por no hacer más, por ser capaces de mantenerse al margen de tantos problemas.
Ella entendió el mensaje de tal forma que ni lo reconoce como ajeno. Para ella es la forma lógica de vivir. Lo demás es … estar muerto, y ella ama la vida.
TalVez 
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No es necesario apagar la luz del prójimo para que brille la nuestra (Baruch