Sagrado
Mi cuerpo-templo es un regalo sagrado de Dios.
Hoy me comprometo a apreciar la santidad que es mi vida. Al observar mi cuerpo físico, reconozco el maravilloso regalo que es. Considero sus procesos, los cuales se llevan a cabo sin mi atención o intervención. Doy gracias a Dios por el orden inteligente de los órganos y las células.
Dejo ir cualquier idea centrada en el ego acerca de mi apariencia y afirmo mi perfección divina. Dios vive y se expresa por medio de mi cuerpo y disfruto de salud y bienestar. Soy una creación sagrada, más singular y valiosa que una obra maestra de Leonardo da Vinci o Miguel Ángel. Dios me ha dado este maravilloso cuerpo-templo y la oportunidad de expresar mi naturaleza en forma humana.
Vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual habéis recibido de Dios.—1 Corintios 6:19
|