Para el hemisferio sur, está comenzando la primavera. Los demás, tendrán que
esperar seis meses para recibirla nuevamente.
Pero hay que reconocer que la primavera ejerce un poder muy especial en todas
las personas. Creo que la influencia de la naturaleza es indudable:
comienzan a florecer las plantas, cambian los colores de lo que nos rodea y,
como todo lo externo repercute en nuestro interior, esto estimula nuestro deseo
de alcanzar la plenitud emocional: si estás en soledad, esto implica encontrar
una pareja.
Venimos de un período de aletargamiento. El frío
nos da pocas ganas de salir a la calle, el usar tanta cantidad de ropa y esas
comidas pesadas y calientes incitan a esta reclusión. Con la llegada de esta
estación, nos damos cuenta que ese período de hibernación llega a su fin y nos
sentimos más dispuestos y esperanzados para conocer a esa persona tan especial
que ansiamos encontrar. ¡La primavera nos da ganas de estar bien acompañados, en
plenitud!
Sin lugar a dudas, es la época del año en que estamos más motivados. Queremos
vernos mejor: si no hemos hecho ejercicio físico durante el año, estamos
pensando en buscar un gimnasio o un parque para volver a ponernos en forma.
También es el momento en que comenzamos a planear seriamente alguna dieta:
perderemos el resguardo que nos dio la ropa abrigada del invierno y,
lógicamente, atraeremos (y aspiramos a atraer) más miradas del sexo opuesto.
Este momento de búsqueda de armonía es especialmente propicio para el amor.
Los días soleados estimulan nuestros sentidos, nos dan ganas de disfrutar y nos
vuelven más positivos. Renacen las esperanzas, reverdecen las
ilusiones, vuelve la imagen del esplendor. Si
todo a nuestro alrededor despierta, bien puede sucedernos lo mismo en nuestro
ámbito emocional. Vale la pena volver a apostar por aquello que tanto deseamos,
con la firme convicción de que se convertirá en realidad. ¡Si confías en que en
la primavera el amor tocará a tu puerta, así será!