En algún apartado rincón del universo centelleante, desparramado en innumerables sistemas solares, hubo una vez un astro en el que animales inteligentes inventaron el conocimiento. Fue el minuto más altanero y falaz de la “Historia Universal”: pero, a fin de cuentas, sólo un minuto. F. Nietzsche

“El primer psiquiatra que prestaría atención clínica a esta materia --- la acción de mentir por engaño --- para tantos reprobable --- fue el suizo Antón Delbrück (1862-1944) quien acuñó el término, caído en desuso, de la Pseudología Fantástica.” Félix Lrocca

 

Pueden imaginar una madre que ha descuidado a sus hijos, que ha centrado su atención en su propio bienestar, que sus hijos fueron un accidente , una irresponsabilidad o un objetivo puntual, que han crecido sin afecto, marginados……..y que esa mujer tenga como actividad laboral o seudolaboral prodigar consejos a otras madres para la buena crianza de su prole y atender a niños “problemáticos”.

Choca verdad?, sin embargo no solo es posible sino que no es demasiado difícil encontrar situaciones similares.

 

Hace años, mi madre y yo misma sufrimos sendos robos en la calle. Salvo en una de las ocasiones, los asaltantes iban correctamente vestidos, ninguna en su atuendo, en su presencia, incluso en la forma de caminar, resultaba extraña; por el contrario, en una de las ocasiones incluso se dirigió muy correctamente a nosostros ( en esa ocasión íbamos juntas) para solicitarnos la hora.

 

 

Disfrazarse es otra de las estrategias que han de utilizar quienes para el logro de sus objetivos hacen uso de la mentira, el engaño.

 

Dicen que las mentiras tienen las patas muy cortas. Hay sin embargo, quienes opinan, yo lo comparto,  que no tanto. En cualquier caso una de las razones por las que suele torcerse el plan del que miente, es que, accidentalmente alguien descubre la verdad, que otra persona lo delate,  una serie de señales en la expresión, inflexión de voz, o .. la mirada.

Sin embargo existen estudios que sugieren que, cómo no!, si no lo contrario , si desde luego que no siempre es así.

 

Estamos hablando de una conducta para algunos excepcional, para otros todo un hábito y todos conocemos la diferencia.

 

El hábito implica un número de repeticiones que permite “perfeccionar” la conducta. (cuando menos en determinado tipo de personas mentirosas con un cierto grado de inteligencia y , los estudios indican que los grandes mentirosos fueron desde luego sujetos muy inteligentes. No es una condición imprescindible, tan solo para que sea eficaz y se mantenga en el tiempo)

La persona que tiende a la mentira para lograr sus objetivos puede , con una más que razonable probabilidad, manejar la información automática que en otros sujetos, menos hábiles, les delataría.

 

 

Como explica el Psicólogo Peter Bull ( experto en psicología de la comunicación) "...los gestos que son achacados a los mentirosos son los llamados autoadaptadores y quienes los expresan son aquellos sujetos que se sienten expuestos o vulnerables, no por los mentirosos”… “la gente que miente se concentra mucho en la información que maneja para poder continuar ocultando la verdad”

 

Cuando se miente se “está” en una situación de “exposición y vulnerabilidad” y de ahí qu en ocasiones los mentirosos abunden en estos gestos, pero no que sean específicos de ellos.

 

M´s bien el mentiroso se pre-ocupa de su hábito. Es decir, cuando la mentira no tanto se “suelta” despreocupadamente sino que se “monta”, entre las estrategias que el sujeto utiliza suele añadir aquella-s que será-n el sostén, el armazón para que sea más eficaz, tenga más consistencia y se mantenga más en el tiempo y en las diversas circunstancias que pudieran aparecer, por lo que se ocupa con detenimiento en limpiar de su actuación esos “datos” que podrían alertar , añadiendo por el contrario un disfraz que aleje sospechas.

 

“Pueden mostrarse muy serenos, necesitan mantener la calma porque necesitan concentrarse” y más bien los signos que muestran están dirigidos precisamente a evitar posibles dudas, “ ..,  reforzar con gestos, expresiones físicas o verbales aquella información que estaría en disonancia con una persona que mienta y en ocasiones también  exageradas muestras de enfado que les proporcione una oportuna imagen de ofendido-s por una sospecha o como opinión acerca de una conducta no aceptable y también un motivo razonable para la escapada en caso de que se vean en situaciones que escapen a su control.

 

maría (talvez)