Mateo 5:13
“Ustedes son la sal de este mundo. Pero si la sal deja de estar salada, ¿cómo podrá recobrar su sabor? Ya no sirve para nada, así que se la tira a la calle y la gente la pisotea.”
Creo que nos habla de sabor, de algo más que la apariencia.
Nos habla de que somos, en principio, los seres de este mundo, como dicen en mi pueblo, con más “enjundia”, con algo profundo y de valor, algo importante, que debería trascender la pura imagen, el simple charlatanerío, ir algo más allá de los golpes de pecho y los rituales, la supuesta alegría del cristiano, deja de resultar tann chispeante y se convierte en apenas la luz de una cerillita, cuando en las situaciones de prueba o no estamos o lo estamos sólo de boquilla, es decir, de apariencia.
Si no nos implicamos justificándonos en tantas buenas razones como hemos aprendido a utilizar, la sal, la luz, solo alumbrará, solo alimentará a nuestro ego.