Cuando emprendo algo creativo, lo hago con el producto final en mente. Comienzo con una visión, trazo un plan y reúno las herramientas. No malgasto energía preocupándome por el proceso. Cuando enfoco mi atención en lo que estoy haciendo, los pasos siguen un orden divino para crear aquello que visualizo.
La vida es un proceso cocreativo. Uno con el Espíritu, afirmo una vida llena de relaciones personales amorosas, bendiciones abundantes, salud y bienestar.
Al vigilar mis pensamientos y mis palabras, hago que cualquier desánimo pase de largo. Permanezco con la atención enfocada en mis intenciones, y los resultados se desenvuelven en orden divino.
Hizo la luna para los tiempos; el sol conoce su ocaso.—Salmo 104:19
El Rev. Martin Luther King Jr. dijo una vez: “La fe es subir el primer escalón aunque no puedas ver toda la escalera.” El Dr. King utilizó el poder de la fe para vencer retos aparentemente invencibles. En mí yace ese mismo poder divino, y puedo utilizarlo para lograr mis sueños.
Bien sea que sueñe con escribir un libro, navegar alrededor del mundo o llevar a cabo un cambio efectivo en mi comunidad, yo también he de subir el primer escalón aunque no pueda ver “toda la escalera”.
Si el temor o la duda surgen, me dirijo a mi interior y permito que la presencia de Dios me apoye en mente, cuerpo y espíritu. Mi camino se aclara, un paso a la vez. Cuando tengo fe, mis sueños dan frutos.
Feliz quien recibe ayuda del Dios de Jacob … Él siempre mantiene su palabra.—Salmo 146:5, 6
Creer plena y completamente en el amor perdonador de Dios es conocer la paz y la libertad. Cuando me dirijo a Dios en oración, con humildad y aceptación, soy liberado de errores pasados. El amor perdonador de Dios disuelve instantáneamente la amargura, el resentimiento y la condena.
Quizás haya actuado o hablado de una manera de la cual me avergüenzo. Mas es al vivir que aprendemos y crecemos. Mis pasos en falso me han ayudado a ver cómo deseo cambiar y quién deseo ser. No importa lo que haya hecho o las circunstancias que me hayan influenciado, puedo comenzar de nuevo, hacer enmiendas y aceptar el perdón de Dios. Acojo una visión nueva de vida y soy libre ahora para expresarla.