Eres el dueño de tu mente, y eres tú quien debe decidir qué pensamientos pueden habitar allí. En tu conciencia hay sólo cierto espacio disponible, así que conviene llenarlo con los pensamientos más positivos, productivos y motivadores posible.
Si persistentes dudas o dañinos resentimientos están originándote problemas, tú tienes la autoridad como para desalojarlos de tu mente, dejándolos en la calle. Y una vez que se hayan ido, habrán dejado lugar vacante para pensamientos de agradecimiento, confianza y dulzura.
Esos pensamientos positivos son los que con certeza pagarán la renta, mes tras mes, año tras año. Y hay muchos pensamientos buenos y positivos entre los cuales elegir.
Los pensamientos que residan en tu mente por largos períodos de tiempo jugarán un rol fundamental en determinar la calidad de tu vida. Así que llena tu mente con los mejores y más positivos pensamientos que puedas encontrar.