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El agente de policía del condado de McMinn, Todd Levi, sabía que algo no iba bien cuando vio caminando a un hombre, haciendo eses, por la autopista 11 el domingo por la mañana. Jason L. Johnson, de 31 años y residente en Tennessee, hacía autostop con unos pantalones sospechosamente hinchados, por lo que se acercó con el coche patrulla para hablar con él.
Johnson, que olía fuertemente a alcohol y tenía trastornos del habla, se sobresaltó. Además, sus pantalones estaban desabrochados y un par de bragas colgaban fuera de la bragueta. Cuando el policía le preguntó por qué llevaba ropa interior de mujer en sus pantalones, respondió que las había “cogido prestadas” de una “pool party” (fiesta piscinera) a la que había asistido durante la noche.
La posterior investigación del agente reveló que había robado 40 pares de bragas de la fiesta, a pesar de que había arrojado al suelo la mayor parte de ellas en cuanto vio acercarse a la autoridad.
El acusado se negó a dar la dirección del evento, para la posterior devolución de la bragas a sus propietarias, muchas de las cuales las habrán pasado canutas para explicar a padres o novios la desaparición de sus prendas. Ninguna presentó denuncia, por lo que el hombre fue detenido por intoxicación pública. Y por guarrete.
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