Entra un borracho en un bar y le dice al camarero: “Ponme trrrrefff cafesss, damareeeeroo”, Uno, pa mí, otro pa tí y otro pa tu puta madre.”

El camarero sorprendido, mosqueado y sin saber como reaccionar decide ponerle los tres cafes y dejarlo correr.

Al día siguiente, entra de nuevo el mismo borracho y le vuelve a pedir: “damareeeerooooo, ponme trrrreffss cafesss. Uno pa mí, otro pa tí y otro pa tu puta madre.”

El camarero, que esta vez estaba prevenido y no piensa aguantar ni una mas, salta de la barra, lo coge por el cuello, le da dos mascás, lo tira al suelo, le arranca dos pelillos de la patilla (como hacía tu profe en secundaria cuando no escuchabas) y lo echa del bar de un puntapié (vease también patada en el culo).

Al día siguiente, entra el borracho de nuevo, algo magullado, con el culo dolorido, las patillas coloraitas, tembloroso, se acerca a la barra y antes de que abra la boca le dice el camarero: “¿QUE? ¿TRES CAFELITOS?”

A lo que le responde el borracho: “No, tressh no. Mejor me pones dooooshh, uno para mí y otro para tu puta madre… que a ti te pone muy nervioso”.