Canción de despedida
Triste canción de nuestra despedida,
de un hombre satisfecho y complaciente,
sabe retirarse, estando doliente,
desea saber ¡quién es! su preferida.
No pide nada, -razón protegida-,
nada queda, sólo el amor decente,
que brotó de ese corazón valiente,
y canta con la amargura exigida.
Grabado en el corazón lleva a dama,
pelea con ahínco por la dueña amada,
ella, tajante y ofendida, no lo ama.
Cantos se escuchan desde la morada,
lágrimas surgen del fondo del alma,
con sangre y fuego, le da la patada.
Autor: Joan