Romántica
Dulces sueños son para mi dama,
se enamora de una composición,
y entrega su alma con toda pasión,
suspira delirante por la calma.
Sus amores son las poesías del alma,
envidia tengo a su gran vocación,
quisiera tener su inmensa ilusión,
visitando a quien ella quiere, y más ama.
Pero sólo le ofrezco mi consuelo,
nada vale negar mi desconsuelo,
por ella suspiro, ¡sin ella muero!.
Para alcanzarte la vida daría,
con entusiasmo y mucha alegría,
te escribiré poesías en el fuego.
Autor: Joan