Los primeros testimonios de los pasajeros liberados hablaban de un solo secuestrador -el enigmático tipo de la camisa blanca y la biblia en la mano-, ninguno habló de haber sufrido violencia ni pasado miedo. Tras la operación de asalto se pudo confirmar que, en efecto, el autor de la fechoría era un pastor boliviano, llamado José Flores Pereira, de 44 años de edad, que ya estuvo encarcelado en su país de origen por atraco a mano armada y que al parecer es tan aficionado a la mística como al alcohol y las drogas. Según contó a la policía, la idea del secuestro no fue enteramente suya, sino que vino por una revelación divina. El más allá le había informado de que un terremoto se avecinaba y quería informar personalmente al presidente de la República. También, según explicó el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, el secuestrador tuvo en cuenta la fecha. El 9 de septiembre de 2009. O sea, 9-9-9, que puestos al revés se convierten en 666, el día del diablo.... |