1. Heroína. Sin palabras. El conductor lo tiene crudo para calentar su dosis y sujetarse la goma mientras conduce.
2. Canabis. “¿Un stop? Ji, ji, ji…” – ríe el conductor, que prosigue la marcha sin importarle un pimiento lo que pase a su alrededor.
3. LSD. Sin palabras. La alucinación del conejo es brutal… pero muy cierta.
4. Cocaína. “¿Derecha o izquierda, derecha o izquierda? ¡Qué más da! ¡Más rápido!” – grita el conductor en plena efervescencia de la droga esnifada.
5. Alcohol. Sin palabras. Me quedo con el detalle de los limpiaparabrisas, que dice mucho del estado en que se encuentra el conductor.
6. Valium. Sin palabras. El conductor cae literalmente dormido sobre el volante del coche y hace sonar el claxon mientras sigue su camino.
7. Éxtasis. Sin palabras. Subido al techo de su coche, el conductor recuerda al Neng, y es que el éxtasis lo desconecta por completo de la realidad.
8. Pegamento. Sin palabras. El conductor se queda con la cara enganchada al volante.
9. Absenta Se aparece la legendaria Hada Verde de los consumidores de esta fuerte bebida, que conjura: “que desaparezcan todos los coches y todos los semáforos”.
10. Todas juntas. Sin palabras. El conductor está literalmente ido. Del coche, sólo le queda el volante entre las manos. El resto no forma parte de su mundo.
Se puede decir más alto, pero no más claro: Alcohol y drogas son incompatibles con la conducción. Si conoces a alguien que no lo crea así, deja que le eche un vistazo a esta parodia, a ver si cambia de parecer…