Dice un proverbio árabe: “el pasado ha huido y lo que esperas está ausente pero el presente es tuyo”. Palabras sabias que Macaco suscribe convencido de que el hoy, el ahora, atesora el único bien que el hombre posee. Desde que, en 1997, decidiera poner en marcha el proyecto que lleva su nombre, Dani “Macaco” ha predicado con el ejemplo, convirtiendo cada tema, cada disco, cada concierto en un nuevo comienzo. Por eso, su nuevo álbum se llama como se llama: Puerto Presente.
En este preciso momento, cuando muchos de sus coetáneos apuestan por un cambio de formato, es justo reconocer a Macaco como un indudable pionero. Abanderado de la fusión sin confusión, se anticipó a la última tendencia del mestizaje con denominación de origen Barcelona consagrando Ingravitto (Mundo Zurdo-EMI,06), un edificio con sólidos pilares (rumba catalana y reggae) y mejores vistas (Brasil, la Europa meridional y el Magreb), a la esencia misma de la música popular: la canción, esa última revolución de la que tanto hablaba John Lennon. Más allá de las ochenta mil copias vendidas en España, de su aparición en el multitudinario Concierto Por la Paz de San Sebastián y de la enorme repercusión del clip de Mama Tierra, el disco significó un punto de inflexión. Para su proyección internacional, con presentaciones en directo en Italia, Suiza, Portugal, Francia y Estados Unidos; y sobre todo, para su imparable progresión creativa.
Ciertamente, el éxito de Ingravitto fue la justa recompensa a un proceso de investigación que, de alguna manera, culminó Entre Raíces y Antenas (Mundo Zurdo-EMI, 04), un ambicioso trabajo conceptual al que la historia ya ha hecho justicia. Explorando las relaciones entre tradición y vanguardia, Macaco armó un doble CD que entendía el descubrimiento del tesoro más preciado –el groove, el camine, el soniquete, la cozinha- como un camino de ida y vuelta. Un verdadero tour de force que, en definitiva, redimensionó su propuesta más allá de toda expectativa.
No en vano, Macaco siempre ha sido un artista de artistas. Huelga recordar que David Byrne remezcló Delaveraveraboom y le invitó a producir a Los de Abajo y King Changó tras escuchar El Mono en el Ojo del Tigre (Edel, 99). Que el italiano Roy Paci (Mau Mau), los senegaleses Touré Kunda y el brasileño Lenine dejaron su impronta en Rumbo Submarino (Edel,01). Y que, además de la fundación de Ojos de Brujo, su hoja de servicios incluye participaciones en diversas bandas sonoras, entre ellas, “Amnesia” (92), de Gabriele Salvatore, “Darkness” (02), de Jaume Balagueró o, más recientemente, “No me pidas que te bese” (08), de Albert Espinosa.
Y es que, como dice una de sus nuevas canciones, Macaco ha llegado hasta aquí a base de amor y fe. Definitivamente, se ha ganado lo que tiene. Y lo que tiene es un territorio propio, personal e intransferible, bañado por la resaca de romances marineros y mensajes que desbordan de compromiso la botella, exuberante en su vegetación rítmica y melódica, soleado de intenciones y honesto por los cuatro costados. Pronto recibirán la carta de navegación y el compás: sean todos bienvenidos a Puerto Presente.