Liberación de precios: Gasolina, Electricidad, Gas... Autoescuelas. - AiresdeLevante

Los Heredia y los Castro, dos conocidas familias gitanas enfrentadas en Sant Boi de Llobregat, protagonizan estos días una terrible tragedia con trasfondo amoroso que terminó el viernes pasado con tres hombres muertos, dos por arma de fuego y otro apuñalado. Tras el triple asesinato presuntamente ocasionado tras las discusiones por un matrimonio no consentido, dos viviendas de los Heredia ardieron la madrugada del lunes como un evidente signo de venganza después de que Manuel Heredia, conocido como El Nene, acabara a disparos con la vida de dos miembros de la familia Castro. El Nene también murió por las heridas de arma blanca en la discusión, pero el temor a una ola de violencia mayor ha hecho que un centenar de vecinos con el apellido Heredia hayan huido del barrio sin dejar rastro. En estos momentos hay un total de 22 pisos vacíos pertenecientes a la familia, según confirmó ayer el alcalde de Sant Boi de Llobregat, Jaume Bosch (PSC).
Las 100 personas que se marcharon con lo puesto representan una tercera parte de la población gitana del barrio de Camps Blancs, estimada en unas 300 personas, según confirmó el alcalde.

CONTACTO CON LOS LÍDERES/ Ahora el ayuntamiento investiga si los vecinos se plantean regresar o si su intención es dejar las viviendas vacías. Los técnicos municipales también intentan determinar si son de venta o alquiler para facilitar una solución. La mayoría de los familiares del hombre apuñalado y presunto asesino huyeron del barrio el mismo día de la pelea mortal cuando se celebraba el compromiso de los novios adolescentes, según explicaron varios vecinos a este diario.
Los servicios sociales del ayuntamiento ya se han puesto en contacto con los líderes de los clanes familiares enfrentados para evitar que se produzca un rebrote de violencia.
En lo que parece una versión posmoderna de Romeo y Julieta pero ambientada en el extrarradio barcelonés, los Castro son una familia con amplia presencia en Sant Cosme, en El Prat de Llobregat, donde tienen antecedentes de problemas con la justicia. Pero el núcleo que vivía en Sant Boi era pacífico y, de hecho, uno de sus miembros asesinado en la discusión era pastor evangélico. Por su parte, los Heredia conformaban uno de los grandes clanes de Camps Blancs y los vecinos aseguran que algunos de sus miembros habían estado relacionados en el pasado con el tráfico de drogas.