Quisiera comentar un desagradable episodio del cual fui testigo el martes día 24 de mayo por la tarde en Leroy Merlin de Alicante.
Como es mi costumbre, estuve visitando este establecimiento comercial para realizar algunas compras. Y cuál fue mi sorpresa al ver a un hombre de mediana edad discutir y gritar animosamente contra una vendedora. Pensé: otro cliente energúmeno incapaz de dirigirse con respeto hacia una persona. Hay muchos en este mundo.
Pero la sorpresa mayor me la llevé cuando al preguntar quién era semejante elemento, me dijeron que era el director de la tienda. Me sentí avergonzado por este episodio y por la humillación que tuvo que padecer esa persona frente a la falta de respeto del director, delante de otros clientes que nos quedamos sin palabras.
Así que, a partir de ese mismo momento, tomé una decisión irrevocable: nunca más volveré a ser cliente de semejante tienda, cuyos directivos no tienen la capacidad de tratar con respeto a sus empleados y abusan de su supuesto poder para humillarlos delante de los clientes. ¡Qué vergüenza!.