Queridos
hijos, Yo soy vuestra Madre y bien sabéis lo mucho que una Madre ama
sus hijos. Sed dóciles a mi llamado y Yo os conduciré A aquel que es
vuestro Camino, Verdad y Vida. Os pido que seáis mansos y humildes de
corazón. Yo necesito de vuestro sincero y valiente testimonio. Abrid
vuestros corazones al Amor de Dios. La humanidad vive alejada del
Creador y camina hacia un gran abismo. Decid a todos que el tiempo es
corto. Doblad vuestras rodillas en oración y veréis la paz reinar sobre
la tierra. Sufro por aquello que os espera. Un hecho asombroso sucederá en España y se esparcirá por varios Países de Europa. Francia beberá el cáliz amargo del dolor.
Aquello que os anuncié en el pasado va a realizarse. Estad atentos.
Volveos al Señor. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de
la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una
vez más. Yo os bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén. Quedad en paz.