Una plaza abandonada en Canarias
En Canarias, donde no se celebran lidias desde hace casi tres décadas y se prohibieron de forma oficial en 1991, existe un ejemplo de una plaza abandonada tras la prohibición de las corridas de toros: la de Santa Cruz de Tenerife.
Inagurada a finales del siglo XIX, es la única que queda en pie en todo el archipiélago. Hasta 1983 cumplió con su función de acoger espectáculos taurinos.
Tres años después, en 1986, el ruedo se transformó en un coliseo de usos múltiples en el que cabían hasta 10.000 espectadores. Allí se celebraron, desde entonces, otro tipo de eventos, especialmente relacionados con el Carnaval.
El circo o actuaciones musicales fueron otros de sus alicientes. Además, algunos pequeños establecimientos, como restaurantes y bares, se desarrollaron en su interior.
Pero a la plaza le hacía falta una renovación. Y ésta parecía que iba a llegar hace dos años. En 2008, el consistorio presentó un Concurso de Ideas para la ordenación urbanística de la plaza, de acuerdo con ALICUR, S.A., la empresa propietaria.
Miguel Zerolo, alcalde de Santa Cruz de Tenerife, calificó entonces a la plaza de toros como "un lugar emblemático de la ciudad que necesita una ordenación urbanística".
De ese concurso, que pudieron votar todos los habitantes tinerfeños, salió ganador el proyecto 'Plaza de Todos'. La idea promueve que el recinto se convierta en un gran espacio público, mantenga las gradas y sea también una zona comercial y recreativa.
Pero dos años después, en 2010, nada de lo proyectado se ha hecho; los pequeños negocios se han cerrado y la Plaza de Toros de Santa Cruz de Tenerife sigue sin utilidad.
El ayuntamiento ha asegurado a TVE que es la empresa propietaria de la plaza de toros la encargada de realizar las obras y que ellos no son responsables de que éstas no se hayan llevado a cabo.