El cinismo es una poderosa arma cuando se usa en política. Oscar Wilde dijo que "un cínico es un hombre que conoce el precio de todo y no da valor a nada", y aunque la expresión es rotunda, algo tiene que ver con el valor. ¿Qué vale la coherencia? ¿A cuánto va en el mercado de las ideas? Probablemente, si Diógenes de Sinope, el famoso filósofo griego, viviera, más que pasearse con una luz buscando un hombre honesto, buscaría un político coherente. Lo cual debe ser lo mismo, porque la coherencia, sin duda, es una forma de honestidad. Y de coherencia no estuvo sobrado el Parlament en su último día cuando, metido con el calzador de las prisas electorales, los partidos hicieron un espectacular ejercicio de cinismo político.
Dos meses después del hito histórico de acabar con las corridas de toros decidieron "blindar" la brutalidad contra los toros que se hace en las Terres de l´Ebre, véase en versión meterles fuego en las astas, o estirarlos con sogas, o tirarlos al agua, y en todos los casos asustarlos, estresarlos y llevarlos al borde del salvajismo. Como en las corridas, también en los correbous el animal acaba siendo el hombre, con la única diferencia de que en este caso el hombre lleva barretina. Es cierto que esta vez, y gracias a la presión de las esforzadas oenegés animalistas, se ha aprobado un reglamento estricto que, si se cumple, dificultará este tipo de prácticas. Pero la cuestión hoy no es cuánto rato se tortura innecesariamente a un animal, ni el debate de fondo sobre la baja calidad democrática de una sociedad que antepone la tradición al sufrimiento de los animales, porque todo esto ya lo hemos hecho durante el debate sobre las corridas. La cuestión es el grado de cinismo al que han llegado algunos para justificar una simple práctica de doble moral, interés electoral y "me importa un pito" la coherencia.
Pues hablando de cinismo Pilar(Rahola) antes republicana y ahora se dedica a escribirle un libro para Arthur Mas(que le habra prometido si por fin es el nuevo President???