Hoy quisiera/-quieres tantas cosas-/ cerrar de una vez esta ventana/ y descansar del ruido de allá afuera./ Pero entran el mar/el ruido y el regusto brutal/ de toda esta tierra./ Somos de ahí/ de enfrente, justo al lado/ donde se ama y crea./ Somos / -y hoy yo quisiera...-/ del urbano paisaje de la tierra/ y aquí no hay quien se salve/ de la hoguera. (Del poema "Hoy quisiera, J.A. Labordeta)
Su voz rota, triste y amarga levantó a todo un pueblo en épocas oscuras en las que resultaba difícil, incluso, alzar la cabeza. De pocos hombres puede decirse lo que no es aventurado decir de José Antonio Labordeta: que él solo reinventó un pueblo, que unas estrofas suyas reinventaron Aragón. Bien pudo ser él el autor de las palabras de Pablo Neruda cuando confesó que había vivido y escribió que «de estas tierras, de este barro, de este silencio, he salido yo a andar, a cantar por el mundo». Dos canciones, dos simples pero infinitas canciones, ayudaron a delimitar las costuras sobre las que actualmente se asienta una tierra que durante demasiado tiempo se sintió invisible y abandonada, que vivió de espaldas a la vida, ahogada en su sequedad, derrotada en su victoria.
La primera, 'Aragón' (1974), marcó la frontera, el antes y después de un pueblo que había dejado de respirar; le devolvió la posibilidad de ser, de creer y de crecer: «Polvo, niebla, viento y sol, donde hay agua una huerta. Al norte los Pirineos, esta tierra es Aragón». Este quejido, que su autor escribió en 1970, logró que la sangre volviera a circular por un cuerpo antaño inerte que, ahora sí, quería ponerse en pie. La segunda, 'Canto a la libertad' (1975) —que dará la vuelta mundo y se convertirá en un himno universal contra las dictaduras—, fue capital para que quien acababa de ponerse en pie, de levantarse, quisiera andar, quisiera volar, ser libre: «Habrá un día en que todos al levantar la vista veremos una tierra que ponga libertad». La suma de estas palabras, la música de estas canciones, marcaron la topografía de un pueblo que ansiaba existir y existir en libertad.
Sería injusto, además de falso, tratar de reducir la vida de José Antonio Labordeta a sólo dos canciones, porque él lo ha sido todo en su tierra, una tierra a veces inhóspita con los suyos, como reconocía el propio interesado, donde nunca ha sido fácil destacar y sobrevivir para contarlo. Además de cantautor (24 elepés) y escritor (25 obras publicadas entre poesía, narrativa, viajes y memorias), fue profesor de instituto (Teruel y Zaragoza), inventor de periódicos (actor activo en la puesta en marcha en 1972 de 'Andalán', otro de los hitos en la reinvención de Aragón); periodista, articulista, analista político, político en activo (hombre cercano al PCE en las primeras elecciones democráticas, participó en 1976 en la creación del Partido Socialista de Aragón. Fue diputado en las Cortes de Aragón y en las de Madrid de la mano de la Chunta Aragonesista, partido nacionalista y de izquierdas que ocupó el hueco dejado por el PSA cuando éste fue engullido por el PSOE); también hizo suspinitos cinematográficos y fue presentador y conductor de programas de televisión como 'España en la mochila'.
Hizo de todo y todo lo hizo bien: con un compromiso ético de hombre de izquierdas y una honestidad, dignidad e intensidad incontestables. Siempre formó parte de esa «insólita cofradía de creadores pensativos, rebeldes frente a tanta opresión y tanta mediocridad», como recordó el catedrático y amigo Eloy Fernández Clemente cuando el cantautor recibió, el 23 de marzo de 2010, el doctorado Honoris Causa por la Universidad de Zaragoza. Pero sería asimismo injusto, además de falso, no reconocer que esas dos canciones, esos dos gritos, esos dos lamentos, y lo que representaron en su momento y siguen representando, todavía ahora magnifican, aún más si cabe, la vida y la obra delzaragozano más importante del siglo XX.
José Antonio Labordeta nació en Zaragoza el 10 de marzo de 1935 y falleció en Zaragoza el 19 de septiembre de 2010.
Sento molt la seva pèrdua. El vaig conèixer quan feia els documentals de "Un país en la mochila" i m'agradava tant, que no em perdia ni un. Després en la seva etapa política va demostrar la seva integritat (allò tan difícil de trobar en un polític)...i encara em va agradar més. Em vaig convertir en una "fan" de Labordeta. Em va saber greu que deixés la política, però vaig entendre que política i honradesa no lliguen, per tant va ser un altre gest que l'honorava. Descansi en pau un aragonés autèntic, molt estimat per la gent íntegra i senzilla
Mai, mira-me as mans; as trayo buedas, lasas d’amar… ...Son dos alas d’un biello pardal que no puede sisquiera bolar.Mai, mira-me os güellos, n’o zielo perdius n’un fondo silenzio… Son dos purnas chitadas d’o fuego que no alumbran ni matan o chelo.Mai, mira-me l’alma aflamada de sete, enxuta d’asperanza.. Ye un campo labrau an no i crexen qu’allagas que punchan a bida dica qu’a matan.Mai, mira-me a yo. Me reconoxes, mai? Fué o tuyo ninon… Güei so un ome que no se como so. Mai, me reconoxes? Mai, ni sisquiera tú?!!
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Madre, mírame las manos; las traigo vacías, cansadas de amar… Son dos alas de un viejo gorrión que no puede ni siquiera volar.Madre, mírame los ojos, en el cielo perdidos en un hondo silencio… Son dos cenizas echadas del fuego que no alumbran ni matan el hielo.Madre, mírame el alma inflamada de sed, seca de esperanza… Es un campo labrado donde sólo crecen aliagas que pinchan en la vida hasta que la matan.Madre, mírame a mi. ¿Me reconoces, madre? Fui tu niñito… Hoy soy un hombre que no sé como soy. ¿Madre, me reconoces? ¡ Madre ! ¿ni siquiera tú?