He pensado tantas cosas y he llorado tantas veces
Que no me comprenderías si mostrara mi dolor.
Tú, pobre ser que el destino te aturdió con sus reveses
No puedes ver los resortes que nuestra vida truncó.
Tú sabes que en mis adentros no había tales ideas,
No esperaba que tú nunca saldrías de mi esplendor.
Yo, pobre ser que ignorante de la vida y sus reveses,
Creía que no era aciaga nuestra prematura unión.
Tú no podrás vivir nunca en las agónicas noches
Que sufría en rudas luchas mi sincero corazón.
Tú no sabrás que a Dios mismo en innumerables veces
Supliqué que me librara de esa copa de dolor.
Y luché conmigo misma por ocultarte mis penas,
Por aparecer tranquila en mi moral proceder,
Pero yo fingir no puedo a seres que en mí confían,
Y por no fingir un día te confié todo mi ser.
Después de esa vez; no quiero recordar el año triste
En que una infeliz niñita de mis entrañas nació.
Fueron los días decisivos de nuestra lid tormentosa
Y en ellos se sepultaron los vestigios de mi amor.
¿Culpable? No puedo señalar quién fue culpable,
Fue la corriente misma que nuestro sino arrastró.
Sé sólo que mi jornada se llenó de pesadumbres,
Y que en mis días de neblina se ocultó por siempre el sol.
No quiero que tú consientas en creer la voz del vulgo.
Quiero que calles y esperes el paso de tu dolor,
Y luego de muchos años tras la cuna del olvido
Repases mis tristes hojas y me otorgues tu perdón..
Kuka 1940
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