En el embrujo suave de la noche
donde la imaginación divaga entre las sombras
busco con deseo el camino hasta tus labios
Dibujados en la inmensidad del silencio
Invitan lascivos al deseo y su goce
Entre la eternidad radiante y luminosa
Recorro poseida cada instante hasta tenerte
Mientras en la cara oculta de la luna
la ternura y la pasión caminan susurrando
hasta alcanzar el cielo con las manos
Y el roce de mi piel
en la plácida soledad de la noche
Despierta a cada instante
La necesidad agónica de entregarme
Dibujo, sobre el techo lapidado de mi deseo
La silueta fuerte de tu contorno.
Muestra, sublime, un pecho enardecido
Ansiando un nuevo encuentro.
Erizado y recto, espera deseoso
De mis labios, el roce
Pelo desbocado sobre las sienes
Que, latiendo, recogen insaciables todos mis besos
Esa ara altiva de tu sexo.
Que victorioso, reclama incesante su alimento.
Mezcla desesperada de placer y esperanza
Riega desbocado, de tu maná, mi boca.
Alimento protegido por los dioses
Guardianes sublimes de agonía y desesperación.
En cada movimiento….
En la gloria del amor…
Tiemblan pletóricos gemidos
Fruto prohibido del Eros y Tánatos
Fruta madura del deseo y el amor.