Un malentendido provocó tensión entre Julia y su hermano Guillermo, quien se enojó tanto con Julia y su esposo, José, que rompió por completo con ellos y hasta les devolvió todos los regalos que la pareja le había hecho en el transcurso de los años. Al pasar los meses, la amargura reemplazó la relación estrecha que los había unido desde la infancia.
Sin embargo, José decidió aplicar el consejo de Mateo 5:23, 24. Intentó acercarse a su cuñado con un espíritu de apacibilidad y le envió cartas en las que se disculpó por haberlo ofendido. Además, José animó a su esposa a perdonar a su hermano. Con el tiempo, Guillermo se dio cuenta de que Julia y José querían sinceramente hacer las paces, y su actitud cambió. Guillermo y su esposa se reunieron con Julia y José; todos se disculparon, se abrazaron y reanudaron su amistad.