Pues sí amigos, si nos gustan es por su rico sabor tanto solas como acompañando suntuosas paellas o arroces negros (plato preferido de los EWL dónde los haya). Amén del susodicho aspecto alienígena de las mismas y también lo divertido que resulta juguetear con los exoesqueletos de los animales una vez degustado su interior.
Pero sin embargo yo os venía a hablar de lo más interesante que nos suscita el tema gambil, es la eterna disyunción “chupar (o no) la cabeza de la gamba” eso es algo a lo que merece prestar atención y que genera mucho fanatismo, tensiones entre colectivos, etnias, grupos religiosos y un sinfín de divisiones y subdivisiones en que se organizan los humanos (o humanoides). Y es que en verdad, no es una cuestión banal.
Los que chupan la cabeza de la gamba alegan el rico sabor que se extrae de ella (sin pensar siquiera que lo que extraen son todas sus vísceras y pequeño cerebro), a la vez que evitan mancharse (al llevar a cabo dicha acción en el momento del descabece) y además que eso les da un aspecto más campechano, así de pueblo, que para ellos lo de dejarse la cabeza es muy fino…