CUANDO uno es joven se enfrenta a diversas tentaciones. Muchas veces tienen que ver con las personas del sexo opuesto. Por ejemplo, un muchacho de 17 años llamado Ramón comenta: “Mis compañeras de clase son muy insistentes”.* Y añade: “Les gusta tocarte y ver hasta dónde pueden llegar contigo. ¡No te las puedes quitar de encima!”. A Diana, que también tiene 17 años, le pasa algo similar: “Un muchacho se me acercó y me echó su brazo sobre el hombro —cuenta—. Le di un empujón y le dije: ‘¿Qué estás haciendo? ¡Ni siquiera te conozco!’”.
Puede que tú también te topes con tentaciones, y quizá parezca que la presión nunca termina. Cierto cristiano se lamenta así: “La tentación es como si alguien llamara a tu puerta una y otra vez sin hacerle caso al letrero de ‘No molestar’”. Y a ti, ¿“te llaman a la puerta” con demasiada frecuencia? Marca lo que más te tiente de las siguientes opciones.
Cuando uno es joven y menos joven. O que te piensas que pasados los 25 nos cosemos los bajos? Y que por muchos años dure, querrá decir que estoy viva!!!