¿Cataluña independiente? No, gracias, si lo calibramos desde la vertiente económica. Mírese desde cualquier punto de vista, una Cataluña convertida en Estado, es un disparate para el tejido empresarial, una ruina para nuestras empresas. Se trata de una utopía ajena a la realidad del mundo global en el que se mueven las economías europeas.
Digámoslo claro: una Cataluña con fronteras que la separaran del resto de España, de entrada no estaría integrada como país en la Unión Europea. Y en caso de independencia, llegar a ser un miembro de la UE es hoy por hoy una utopía, un deseo inalcanzable. Porque su admisión en la organización europea requiere superar varias exigencias lentas y enfarragosas. Una es el acuerdo unánime del Consejo de Ministros de la UE para iniciar la apertura de negociaciones con el país apirante a convertirse en miembro. Una vez firmada el acta de adhesión el consejo de ministros pide un dictamen al Parlamento Europeo, que debe ser aprobado por mayoría absoluta. Y si el Parlamento da el visto bueno, empieza el periodo de ratificaciones del tratado de adhesión. Basta que falle uno de estos peldaños para que el proyecto naufrague. Y en el caso que nos ocupa, sólo que España, Francia o algún otro país de la UE con regiones en situación similar a la de Cataluña respecto a España digan que nones, sería suficiente para que el sueño de una Cataluña dentro de la UE se quedara en un simple deseo incumplido. A partir de ahí, se instauraría una moneda nueva, sujeta a peligrosos movimientos devaluatorios al no contar con el paraguas del euro.
En el apartado energético, recordemos que Cataluña carece de petróleo y de carbón y la energía eléctrica que produce pertenece mayoritariamente a sociedades afincadas en Madrid, con excepción de Gas Natural Fenosa. Nuestra dependencia energética es total.
Pese a todo, pensemos que Cataluña llega a ser un Estado europeo independiente, al margen de la Constitución española y fuera de la UE. Ello significa que seremos un país fronterizo con España y Francia, con sus aduanas e inmersa en un mercado globalizado en el cual la mayor parte de sus compras y ventas se realizan, primero a España y en segundo término, al resto de países de la UE. Con los correspondientes aranceles. El empresario catalán nada gana con ello, restamos, no sumamos.
El apunte
Las multinacionales en una Cataluña independiente
¿Han pensado los políticos la repercusión que una Cataluña fuera de la UE tendría en las multinacionales afincadas aquí? Un ejemplo claro es el de Seat, cuya producción obtenida en sus tres plantas barcelonesas exporta en un 77 por ciento, mayoritariamente al resto de la Unión Europea. El tema de los aranceles es clave en la compañía y entra dentro de lo posible que si le resulta más económico producir dentro de la UE que fuera, decidiera cerrar sus instalaciones catalanas para trasladarlas a otra zona dentro de la Unión Europea.
Y lo dicho para Seat, vale para las fábricas que en Cataluña tienen compañías del tamaño de Solvay, Carburos Metálicos, Dow, Hewlett Packard, Nestlé, Novartis, Nissan Motor Ibérica, Iveco, Schneider Electric, Cargill o Danone, entre otras.
Todas ellas poseen su mayor parte del mercado repartido entre el resto de España y los países de la Unión Europea. Vender a los 27 países que la forman, desde un enclave no comunitario resulta más caro que hacerlo desde una Cataluña integrada en España.. Y de cualquier forma, es inimaginable pensar que el día de mañana, dentro de una Cataluña independiente, cierren sus puertas Seat, Nestlé, Dow Chemical, Danone o Novartis.
Situación de las empresas catalanas ¿Han pensado los políticos independentistas catalanes en la situación en que quedarían las grandes, medias y pequeñas empresas catalanas, ante la realidad de una Cataluña independiente?
La Caixa, por ejemplo, si hoy es la primera o la segunda caja de ahorros más grande del mundo, se lo debe a su expansión por toda España. De su red de 5.409 oficinas (datos al cierre de 2010), un total de 1.851 se encuentran en Cataluña (el 34 por ciento del total), 3.545 radican en el resto de España (65 por ciento del total) y 13 en el extranjero. Es decir, tiene el doble de oficinas fuera que dentro de Cataluña. ¿Cómo lo haría esta entidad para contar con 3.545 sucursales en España, un país extranjero?
Y otra entidad financiera potente, como es Banco Sabadell, tenía en total 1.214 oficinas al cierre de 2009 (últimos datos que conocemos), de las que 398 radicaban en Cataluña (33 por ciento del total), 792 en el resto de España (65 por ciento) y 24 en el exterior. En definitiva, porcentajes similares a los de La Caixa, pero que variarán en favor de la cuota fuera de Cataluña tras la compra de Banco Guipuzcoano, cuyo proceso de integración ya ha finalizado.
Y si analizamos, una por una, las grandes empresas familiares catalanas, señalemos en primer lugar que su grandeza ha sido posible gracias sobre todo, a que han apostado por el mercado español. La inmensa mayoría de las grandes, medianas y pequeñas empresas catalanas tienen en el resto de España su mercado más importante.
Un ejemplo de libro sobre la expansión gracias a contar con el resto de España lo protagoniza el grupo familiar siderúrgico Celsa, que ha sabido nuclear en torno a dicha compañía un potente conjunto siderúrgico, hoy el segundo más importante de España; se formó a través de sucesivas adquisiciones de empresas situadas en otras comunidades autónomas, tales como Aceros para la Construcción (Toledo), Trefilería Moreda (Gijón), Trefilerías Quijano (Los Corrales de Buelna), Nervacero (Bilbao), Laminaciones Arregui (Vitoria), Compañía Fragmentadora Valenciana y la cántabra Nueva Montaña Quijano (fusionada con Trenzas y Cables de Acero para dar lugar a Global Steel Wire), además de otras compañías catalanas como por ejemplo Trenzas y Cables, Riviere y Torras, Herrería y Construcciones.
Los casos de empresas catalanas poderosas gracias a haber sabido acometer una política de expansión territorial por toda España, son incontables. Prácticamente todas las grandes poseen centros de trabajo en el resto de España. Arbora & Ausonia tiene instalaciones en Arganda del Rey y Jijona. Puig compró en su día la madrileña Perfumería Gal. Pastas Gallo fabrica sus productos de pasta en La Coruña, Badajoz,Málaga y Córdoba. además de Esparreguera. Y Roca Radiadores tiene filiales industriales en varios puntos del resto de España.
Codorniu posee bodegas en Ribera de Duero y Bellver del Cinca, además de la firma norteña Bodegas Bilbaínas, mientras que Miguel Torres las tiene en La Rioja y Ribera de Duero. El grupo Cirsa es una gran multinacional extendida por los cinco continentes, con filiales repartidas también por todo el país.
En el sector de la distribución la expansión de compañías catalanas por la piel de toro es una constante, como es el caso destacado de Mango. ¿Quién en su sano juicio puede concebir que Mango tuviera que pagar aranceles para vender sus prendas de moda en Zaragoza, Bilbao o Madrid? ¿Cómo lo haría Zara para competir frente a Mango en el mercado catalán?
Miquel Alimentació Grup tiene supermercados y cash and carry en Cataluña y en otras diez comunidades autónomas. Condis Supermercats posee 37 tiendas propias en Madrid. Tous es hoy una gran multinacional catalana del sector de la joyería, propietaria de 35 tiendas por toda la nación. Quadis gestiona 95 puntos de venta de automóviles repartidos entre Taragona, Barcelona, Valencia, Burgos y Castellón. Pronovias y Hoteles Hesperia son otros dos grupos que explotan sus establecimientos a lo largo y ancho de España.
Basi, Desigual, Coaliment, Establiments Miró, Supermercados Pujol, Hoteles Catalonia, Hotusa y Pans & Company son todos ellos grupos catalanes que han crecido gracias a expandirse por toda España.
En el sector de medios de comunicación encontramos casos tan claros de españolización de su actividad, como es el de Grupo Zeta, que produce 11 periódicos por toda España, 12 revistas y un canal de televisión en Córdoba, además de cuatro emisoras de radio. El grupo editorial Moll tiene 51 editoras de diarios situadas por toda España. Y Grupo Planeta controla el diario La Razón, la televisión Antena 3TV, además de Espasa y Deusto, entre otras sociedades. Grupo Catalana Occidente posee filiales fuera de Cataluña, tales como Crédito y Caución y Seguros Bilbao. La constructora Comsa Emte posee diversas filiales por el resto de España.
Estos son sólo unos cuantos ejemplos de la relevante presencia de empresas catalanas por todo el país. A ninguna de ellas le supondría beneficio alguno el hecho de que Cataluña se independizase, sino al contrario; unas barreras, del tipo que sean, siempre constituyen un inconveniente.
El apunte
Polémica entre políticos y economistas
El análisis de una Cataluña independiente suscita enconada controversia entre políticos y economistas.. Para José Montilla, expresidente de la Generalitat de Cataluña, una situación de este género acabaría con una Cataluña como Irlanda, es decir, con una gravísima crisis económica, añadiendo que “las economías están interconectadas y una visión romántica de que la independencia sería la solución a los problemas, no se corresponde con el mundo en que vivimos”.
Por contra, el premio Nobel de Economía 2004 Finn Erling Kydland asegura que con una Cataluña independiente “el gobierno catalán tendría más facilidad para demostrar su credibilidad que el gobierno español en su conjunto”. Hace un paralelismo con Escocia y afirma que si la nación alcanzara la independencia “podría crear el mismo clima de confianza que permitió a Irlanda crecer espectacularmente durante veinte años”.
Por su parte, el economista Mikel Buesa señala que “las Administraciones de las comunidades autónomas son excesivamente grandes. De hecho, la importancia de las autonomías españolas es ya mayor que la de los lander alemanes. Mis cálculos señalan que el PIB de una Cataluña independiente caería más del 25 % y el déficit, al actual nivel de gasto público, sería superior al 11 %”. Añade que no es verdad la idea de que la independencia es una ventaja porque los nacionalistas se van a quedar con los impuestos que ahora van al resto de España, porque por el efecto frontera la actividad sería menor y habría menos ingresos.