8.-LA EXPULSIÓN DEl PARAÍSO
La nueva vida errante de Adán y Eva. Describe el llanto y el dolor de Adán y Eva producto del exilio. Ve como un anillo de nubes cubrió el paraíso después de la expulsión. Visión de la Montaña de los Profetas. Al lugar de penitencia. El ramo de olivo traído del paraíso. Adán y Eva sufren pérdida de la memoria y cambios mentales.
La nueva vida errante de Adán y Eva
Después de algún tiempo, vi a Adán y Eva errantes y presos de una gran tristeza. Estaban sombríos y caminaban lejos el uno del otro, como si buscaran algo que hubieran perdido. Ellos estaban avergonzados. Cada paso que ellos daban los conducía hacia abajo, como si la tierra cediera al peso de sus pies. Ellos llevaban la penumbra dondequiera que fueran; las plantas perdían sus colores brillantes y los animales huían de ellos. Buscaron hojas grandes y tejieron una cubierta para su desnudez. Ellos siempre deambulaban separados.
Describe el llanto y el dolor de Adán y Eva producto del exilio
Cuando hubieron huido así, alejándose considerablemente del lugar maravilloso de luz refulgente del que venían, comenzó a aparecer la cumbre de una montaña distante. Entre los arbustos de una llanura sombría ellos al parecer se escondieron, cada uno por su lado. Mientras estaban entre los matorrales de la misma planicie, una voz venida de las alturas los llamó, pero no se atrevieron a mostrarse y se escondieron más entre los arbustos. Esto me causó una gran pena. La voz se hizo entonces más severa y a pesar de su deseo de huir y esconderse, fueron obligados a descubrirse. Una silueta majestuosa y brillante de luz apareció, se acercaron a ella con la cabeza agachada, sin atreverse a mirar al Señor, se miraron entre ellos y ambos reconocieron su culpa. Entonces Dios les señaló un lugar más bajo todavía: Una planicie cubierta de árboles y espesuras. Ahí es cuando verdaderamente comprendieron su estado miserable y su soledad. Entonces los vi rogar. Se miraban el uno al otro y cayeron de rodillas, levantaron las manos hacia al cielo, se pusieron a gritar y a llorar. Cuando veía esto, sentía cuán benéfico es el aislamiento para la oración.
Ve como un anillo de nubes cubre el paraíso después de la expulsión
Se cubrieron en lo sucesivo con vestidos que tapaban su cuerpo, desde los hombros hasta las rodillas y éstos estaban ceñidos a la cintura mediante una graciosa tira, sacada del interior de la corteza de un árbol. Mientras nuestros primeros padres huían y descendían más hacia abajo, alejándose del lugar de su creación; el Paraíso en sí mismo, apareció como una nube, estando más lejos y más alto sobre ellos. Entonces un anillo encendido, como el círculo que a veces se ve alrededor del sol y la luna, bajó del Cielo y se puso a la altura de la montaña en la cuál estaba el Paraíso.
Visión del Paraíso y la Montaña de los Profetas.
Adán y Eva habían estado sólo un día en el Paraíso. Ahora veo el Paraíso lejos, lejos y apagado como una banda de tierra directamente ubicada bajo el punto de salida del sol. Cuando el sol se eleva, lo hace al lado derecho de la banda de tierra que está al este de la Montaña de los Profetas. Lo veo como un huevo que cuelga sobre el agua indescriptiblemente clara, que lo separa de la tierra. La Montaña de los Profetas es, como fue, un promontorio que se levanta a través de esa agua. En esa montaña uno ve regiones extraordinariamente verdes separadas en algunas partes por abismos profundos y precipicios llenos de agua. He visto de hecho, a gente subir La Montaña de los Profetas, pero no llegaron lejos.
Al lugar de penitencia. El ramo de olivo traído del paraíso.
Vi a Adán y a Eva llegar a una tierra, lugar de penitencia: era un espectáculo muy conmovedor, ver a estos dos seres penitentes sobre la tierra desnuda. A Adán le fue permitido traerse una rama de olivo con él desde el Paraíso, que plantó ahí mismo. Posteriormente vi que la Cruz había sido tallada de este bosque de madera. N. del T. La rama de olivo. Prenda de la Alianza y de la Promesa que dará origen a la Cruz
Adán y Eva sufren pérdida de la memoria y cambios mentales.
Adán y Eva estaban indeciblemente tristes. Ellos solamente podían vislumbrar el Paraíso y descendían constantemente más hacia abajo y al mismo tiempo, tenían recuerdos cada vez más difusos del paraíso. Al final, ellos llegaron durante la noche y la oscuridad al lugar desgraciado y miserable en el cuál tuvieron que hacer la penitencia.
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