- Voy al restaurante bastante tarde, pido un entrante, plato principal, quesos, postre y me tomo todo mi tiempo para beberme el café, el coñac, mientras me fumo un buen puro y espero a que cierren.
Como ni me muevo, cuando ya recogen todas las mesas, ponen las sillas sobre las mesas para barrer, viene el mozo a preguntarme si le puedo ir pagando porque ya se van. Entonces le respondo: - "Pero si ya le pagué a su colega que se fue antes". - Es así de simple.
El catalán entonces le dice: - ¡Qué genial! ¿probamos juntos mañana?
- Ok, le contesta el judío.
La noche siguiente los dos amigos van al restaurante y piden: entrante, plato principal, quesos, postre, etc.
Llega el momento de cerrar, se acerca el mozo, les pregunta si les puede cobrar y el judío le dice: - Lo siento, pero le pagamos a tu colega que ya se fue.
Y el catalán agrega: - Estamos desde hace rato esperando el cambio.