Resultó que en el Museo de la Ciencia de Londres vendían esto:
A la izquierda: "bolígrafo espacial ruso". A la derecha, equivalente americano.
La diferencia de precio es notable: 15 libras para el bolígrafo americano y solamente 1.5 para el lápiz.
En general, si a cualquier persona le pedimos que nos cuente una
historia que contenga las palabras «americanos», «rusos», «bolígrafo» y
«carrera espacial», lo más normal es escuchar un relato de este estilo,
que más de uno reconocerá:
Los americanos descubrieron que necesitaban un bolígrafo
para escribir en sus naves espaciales en plena carrera espacial; los
bolígrafos convencionales de la época no servían. Después de que la NASA
se gastase un pastizal [normalmente las cantidades mencionadas aquí
oscilan entre el millón de dólares y varias decenas], encontraron
finalmente un cacharro que era capaz de escribir en el vacío, en
situación de ingravidez y en general en las condiciones en las que se
realizaban los viajes espaciales.
Cuando los rusos tuvieron el mismo problema, emplearon un lápiz.
Moraleja: ja, ja, ja, qué idiotas son estos americanos. Dinero no habrá, pero para tonterías…