Esta mañana sí que me han dado por detrás en el coche; el mío el paragolpes y el portón; y el otro el capó, la rejilla, salía humo y caía líquido... Si hubieras visto la cara del chaval (que por cierto llevaba gafas), ese sí que tenía ganas de llorar (con la que está cayendo menuda bromita el arrego), apenas hemos hablado, no hacía falta (el que pega por detrás, paga). Lo que cuesta de ganar y un descuido, pom. |