Ni la Fórmula 1, ni los pelotazos urbanísticos, ni las sastrerías, ni demás negocios de medio pelo, la verdadera prosperidad de mis vecinos valencianos está en uno de los tratamientos más surrealistas que he visto en muchos años y en el que se entremezclan de forma increíble el sexo y la belleza con los productos ecológicos… ¡¡la horchaterapia ecológica!!