Según fuentes del Ministerio del Interior, eso supone restablecer los controles fronterizos, una medida que se adopta ante la previsión de la llegada a la ciudad de personas que, de manera organizada, puedan pretender reventar la cita, generando disturbios y destrozos como los de la Ciudad Condal en las últimas concentraciones, entre ellas, la huelga general.
Y es que las Fuerzas de Seguridad tienen informes que apuntan a la posible llegada de elementos descontrolados, especialmente desde Italia y Grecia.
El departamento que dirige Jorge Fernández Díaz aún no ha decidido la fecha exacta en la que se anulará el espacio Schengen, pero la previsión es que la medida perdure cerca de una semana en torno a la celebración de la cumbre.
Se trataría de la primera vez que España suspende este espacio desde 2004, cuando se adoptó esta misma medida por la boda de los Príncipes de Asturias en Madrid, solo un mes después de los atentados del 11-M.
Además de esta medida excepcional, la capital catalana experimentará un aumento considerable de la seguridad en sus calles con un refuerzo de la presencia policial: el Ministerio y la Consejería del Interior de la Generalitat se coordinarán esos días.
7.000 POLICÍAS. Más de 7.000 agentes se desplegarán en la urbe durante esos días -4.500 mossos d’Esquadra y más de 2.500 policías nacionales y guardias civiles-, si bien no se sabe aún sobre qué Cuerpo recaerá finalmente el mando operativo.
Esta medida ha sido tomada por el Ejecutivo de Mariano Rajoy a petición del catalán, que envió una carta el pasado lunes y que se basa en el artículo 23 y siguientes del Reglamento 562/2006 del Parlamento Europeo y del Consejo, que fijan un Código comunitario de normas para el paso de personas por las fronteras (Código de fronteras Schengen).
Este reglamento contempla restablecer los controles de las fronteras interiores si existe una amenaza grave para el orden público o la seguridad interior, iniciativa que corresponde ejercer al Estado español ante los Estados miembros y la CE.
De acuerdo con los análisis de riesgo elaborados por los servicios de información, los Mossos han diseñado un programa basado en el establecimiento de controles policiales de paso próximos a espacios fronterizos, de forma coordinada con los diferentes cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
De este modo, las autoridades pretenden que no se repitan los episodios vividos en la Ciudad Condal, que vio cómo, en junio de 2011, grupos de indignados intentaban asaltar el Parlament, hostigando e incluso agrediendo en algunos casos a políticos. De hecho, hasta el mismísimo president, Artur Mas, tuvo que acceder a través de un helicóptero.