El pasado verano, un equipo de investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) se propuso corroborar los efectos del yogur para evitar el aumento de peso. Sus conclusiones de los experimentos en ratones les dejaron sorprendidos: había efectos, sí, pero centrados sobre todo en los testículos. Y no en el sentido esperado, ya que eran más grandes de lo habitual.