Hay dos cosas por las que un hombre nunca se debe enojar:
•por las que puede remediar y
•por las que no puede remediar.
Pongámonos la mano en el corazón y pensemos en los enojos que hemos tenido en el último mes.¿Cuántos fueron "enojos razonables"?
Esas rabietas acompañadas de palabras hirientes,gestos duros,silencios demasiado sonoros.
El 80 % de los "enojados" cuando se enfrían,reconocen que no valió la pena enojarse.
Cuando comienzo a enojarme,tendría que ponerme frente a un espejo,mientras sigo con el enojo.Seguramente la conclusión será que,o me pongo a reír o me pongo a llorar.
Comencemos a revertir la corriente,no enojándonos por cosas sin importancia...La vida es demasiado seria para tomársela en serio.