Poema Dormir acompañado
de Jorge Ortega
El silencio es el arte de la quietud extrema, el voto de autosuficiencia que procura el vigilante de una noche sin sueño.
Alguien duerme a mi lado desde hace media hora, alguien cuya respiración es un eco ilimitado en el brocal de mi cuerpo.
Prohibido replegarse: un corrimiento en falso del talón bajo la sábana podría perturbar a ese alguien y estropear la balanza.
No olvidemos del reposo su periferia sin escarpes, su farallón de pesadez nivelada con sueño frágil.
La movilidad es así el sueño de todos los silencios, la estatua reventada por el chorro de la fuente.
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