Objeto directo.
Te vienen buscando las huellas. Con todo el dolor para aprender, tu cabeza sigue girando detrás del espanto, en el calabozo húmedo, frío y blanco. Te vienen buscando las venas. Los amores violados te cortan la sangre, las ventanas se apilan en tus pestañas manchadas de culpa, teñidas de llanto. Te vienen buscando los odios. Tu espera se encaja en la muda existencia del puño cerrado, de la ronca agonía, del mundo raído bajo las cobijas. Te vienen buscando las manos de mil penitentes vestidos de fuego, corriendo detrás de tu pena fingida, rasgando las aguas, brotando del miedo. Te vienen buscando los ojos, te vienen rodeando los sueños, te vienen ahogando los cuerpos.
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