Anoche miré al cielo y la luna allí estaba
tan blanca y bonita se posó en mi ventana
que apagué cualquier luz para sólo mirarla
y su mágico brillo se quedó en mi mirada.
Poco a poco la noche se fue haciendo poema
lentamente la soledad se acopló en compañía
suavemente la oscuridad dejó paso a mi estrella
y el viento que antes rugía se convirtió en melodía.
Pasaban las horas y mirando mi alma
ví que estaba plagada de bellos momentos,
y sé que nunca tendré su mirada en la playa
tan sólo un sueño fugaz y un puñado de versos...
Y en el corazón guardo un tímido beso
pudo ser el más lleno de amor jamás dado,
beso que quedará para siempre escondido
en los laberintos de los sueños dormido...
Y más allá del silencio, más allá de unos versos
su temprano olvido a mi historia abrazado
y en el alma... mi sueño, mi risa y mi llanto,
mi amor, mis poemas, mi mar, mi verdad...