Ecija del alma mía...
Ciudad del sol entre torres y tierras de Andalucía
tienes solera y sabor a albahaca y hierbabuena
aroma a dama de noche y un cielo plagado de estrellas
blancas son tus azoteas y más blanca es tu Virgen del Valle
cómo te añoro y te sueño cuna del que fue mi vida.
Yo nacida en tierras de mi adorada Castilla
quise ser parte de tus calles, de tus rincones y plazas
y todas las primaveras la lluvia a mis ojos llegaba
cuando escuchaba extasiada todas las voces en una
!Viva el Cristo de San Gil! y... !Hasta el cielo con Ella!
Surges bonita, alta y grande en el valle del Genil
y te adorna tanto arte en tu historia y tus iglesias
que de tí me enamoré, y al Cristo de San Gil pedí,
que aunque me alejara por las cosas de la vida
cuide a la buena gente que quise, quiero y querré.
El sol te llena de brillo, de color y... !calor!
pero te inunda de frescura el salero de tus gentes,
siempre te asomas en mis sueños y en mi mente
y guardo como un tesoro las huellas del que fue mi amor
cuando juntos nuestros pasos me guiaban hacia ti.
Me llevo feliz y dichosa tu sabor, tu color, tu aroma
y algún día volveré con mis pasos a mirarte
sintiendo en el alma tu embrujo andaluz tu hechizo,
yo me llevo mi propio reflejo de estrella lejana
una estrella que quiso en un tiempo haber sido Ecijana.